Reseña: Phantasy Star III

Título: Phantasy Star III
Desarrollador: Sega.
Fecha de lanzamiento: 21 de abril de 1990.
Género: RPG.
Plataformas: Sega Genesis. (Jugado en Nintendo Switch)
Duración: 18 hs.
Sinopsis: “Justo cuando te estabas por casar con Maia, la misteriosa mujer que encontraste en la orilla, un dragón alado la secuestra y desaparece. Este es el trágico comienzo de una interminable saga en un mundo de increíbles criaturas y almas condenadas que sufrirán por tres generaciones.»

Seguimos nuestro viaje por la saga de Phantasy Star y hoy toca hablar de un juego interesante. Como todas las sagas, Phantasy Star tiene su oveja negra y lamentablemente en esta saga es su tercera entrega. En el post de hoy les voy a hablar un poco sobre su desarrollo, su historia y veremos al final del día si realmente merece tener ese título de «el peor de la saga».

Para entender el desarrollo de Phantasy Star III es necesario entender la situación en la que se encontraba SEGA. A fines de 1989 SEGA estaba ganándole a Nintendo en cuanto a poder con sus consolas, no sólo la Sega Genesis ya estaba en el mercado si no que muchos de sus grandes juegos ya habían salido (entre ellos Phantasy Star II). Mientras tanto del otro lado de la valla Nintendo seguía con la ya vieja NES, un detalle no menor cuando muchos de los juegos que competirán con Phantasy Star III estarían en «la consola vieja».

La estrategia de SEGA ya es conocida y esta vez el objetivo no era derrotar a Final Fantasy y Dragon Quest. Para bien o para mal Phantasy Star ya era una saga asentada, y si bien no llegaba a la popularidad de Dragon Quest, si tenía la suficiente fuerza como para hacerles frente. Donde SEGA no tenía una respuesta clara era con la saga principal de Nintendo, Super Mario Bros. SEGA necesitaba un juego que pudiera competir con el fontanero y para eso miró a uno de sus equipos estrellas: el equipo de Phantasy Star.

Esta estrategia hizo que personas como Yūji Naka, Rieko Kodama y Naoto Ohshima pasaran a trabajar en el equipo que sería conocido como Sonic Team. Mientras tanto SEGA necesitaba un Phantasy Star, cuando saliera la SNES los otros RPG se iban a poner a tiro y ellos necesitaban poder sacar la mayor cantidad de juegos posibles antes que Dragon Quest, Final Fantasy y compañía salten a los 16 bits.

La solución que encontraron fue darle a Hiroto Saeki (el único integrante del equipo de Phantasy Star que trabajó en Phantasy Star III) el cargo de director, unirlo al equipo que desarrolló Golden Axe y contratar algunas caras nuevas para completar un equipo. Aquí entiendo la lógica de SEGA, si el equipo de Phantasy Star podía hacer Sonic, el equipo de Golden Axe podría perfectamente hacer Phantasy Star III. Sin embargo la realidad es que los RPGs tienen problemas que no suelen tener otros tipos de juegos y un equipo de novatos que no tenía muchas experiencias con el género iba a tener difícil estar a la altura. Para peor SEGA decidió darles sólo 6 meses para hacer el juego.

La historia de Phantasy Star III nos presenta a Rhys, el príncipe de Landen. Landen es un reino que pertenece a la etnia conocida como los Orakios (Orakians), esta etnia está en un conflicto centenario con la etnia de los Layanos (Layans). Un día una misteriosa mujer llamada Maia (que parece pertenecer a Laya) aparece en la playa y se termina enamorando de Rhys, cuando la pareja va a casarse aparece un dragón y secuestra a Maia. Esto hace que en el viaje de Rhys para recuperar a su amada descubramos que al parecer hay más cosas de las que parecen a simple vista y que hay una fuerza oscura complotando para que Orakia y Laya vayan a la guerra.

Lo que comienza como un juego normal y con una historia ya repetida «luchar contra el malo para liberar a la princesa» pega un giro cuando Rhys completa esta misión. Aquí podremos elegir casarnos con Maia o con Leena (una de las integrantes de nuestra party). Esta decisión abrirá dos rutas completamente diferentes porque si elegimos a Maia nacerá Ayn (un joven mitad orakiano mitad layano que logra unificar a las dos etnias) si elegimos a Leena volveremos a nuestra ciudad y nuestro hijo será Nial, que es 100% orakiano.

Este tipo de decisiones no sólo hace que tengamos varias rutas diferentes sino que hacen que dos partidas puedan ser radicalmente diferentes puesto que las historias difieren bastante. Lo más interesante de todo es que a su vez Ayn y Nial podrán elegir a sus esposas más adelante y darán paso a una tercera generación que es la que termina la historia. Esto hace que tengamos en total cuatro rutas diferentes que hacen que Phantasy Star III tenga una rejugabilidad importante con tal de conocer todas las historias (que cuyos finales difieren bastante, a pesar de que el jefe final es el mismo en las cuatro).

El enfoque en las generaciones como capítulos hace que no sólo cambiamos de protagonista varias veces a lo largo del juego sino que también podamos ver como nuestro protagonista madura y crece. Es muy interesante ver como Rhys pasa de ser un joven príncipe a ser un rey que debe gobernar a su gente en un momento de crisis. Además de esto buena parte de los integrantes de nuestra party irán rotando y nuestro protagonista heredará sus objetos a sus hijos.

Los personajes que se mantienen en nuestra party a lo largo de todo el juego son Wren y Mieu, dos personajes que tiene sentido que sigan vivos a lo largo de los años puesto que son robots. Esto hace que los tengamos como «jugadores fijos» en nuestro equipo y luego podremos rotar al resto para dar más variedad. Esto me resultó raro en un principio pero creo que le da un poco de continuidad a la historia y baja a tierra algo que pasa a lo largo de tres generaciones.

Si bien hasta ahora fui positivo tengo que reconocer que esto es lo mejor de este juego. Phantasy Star III tiene una excelente idea con su historia pero lamentablemente fracasa a la hora de hacer un juego divertido. En esta entrega deberemos movernos permanentemente de una punta del mapa a otra, atravesando diferentes mazmorras que conectan estos mundos. Donde Phantasy Star III funciona diferente es que esta entrega no tiene formas de viajar rápido a ciudades anteriores, lo que hace que tengamos que atravesar una y otra vez las mismas mazmorras. Normalmente no me molestan las mazmorras largas y complicadas, pero volver a atravesar las mismas una y otra vez se vuelve repetitivo y aburrido. Esto es particularmente notorio cuando los Phantasy Star anteriores tenían opciones para viajar rápido de un lugar a otro.

Hablando de tedio y de aburrido, este juego es extremadamente poco original a la hora de diseñar sus pueblos y sus mapas. Quitando la región de Aridia, Frigida y Aquatica (cuando tiene nieve) todos y cada uno de los mapas se ven exactamente iguales. Esto hace que sea sumamente molesto navegarlos. Para colmo todos y cada uno de los pueblos de este juego utilizan los mismos modelos repetidos hasta el cansancio. Esto hace que a pesar de visitarlos un millón de veces sea muy difícil asociar el nombre de un pueblo con su diseño por lo que la navegación es mucho más complicada de lo que debería ser. Esto, por suerte, no es verdad en las mazmorras porque ahora sí podremos saber con claridad a dónde podemos ir y a dónde no. Lamentablemente esto es una nimiedad en comparación con lo tedioso que es navegar el resto del juego.

Si seguimos con los modelos, Phantasy Star III tiene algunos de los modelos de enemigos más extraños que vi en un RPG. Por alguna razón esta entrega se aleja de los tópicos de ciencia ficción y apunta más hacia la fantasía medieval. Lamentablemente las proporciones de los personajes son raras y si bien los animales se ven bien cuando luchamos contra un enemigo humano este parece un gigante. Donde sí tiene un mérito el equipo de diseño es en que aquí si volvemos a tener un fondo para cada pelea que sea coherente con el lugar en el que estamos (volviendo a lo que hacía el primer juego).

Hablando de los combates, Phantasy Star III tiene la bendición de no necesitar casi farmeo para disfrutarse. El sistema de combate está aún más simplificado y se maneja con cuatro opciones que aparecen abajo a la derecha donde podremos elegir si atacamos un turno o si atacamos todos los turnos. Esto es una mejora frente al sistema de combate de Phantasy Star II pero lamentablemente esta vez las técnicas no tienen tanto peso, por lo que estaremos permanentemente utilizando ataques cuerpo a cuerpo (lo que puede llegar a ser aburrido).

Sin embargo, donde Phantasy Star III se lleva todos los premios a malas ideas es con la mecánica del veneno. Normalmente los RPG tienen personajes que nos generan un efecto de estatus como veneno, sueño, parálisis, etc. En este juego sólo tendremos el efecto de veneno, pero en vez de sacarnos vida lo que hace es que no podamos curarnos. Para curar este efecto es necesario viajar con un sacerdote o utilizar una técnica de curación de veneno. Esto último es imposible en las primeras horas de juego por lo que estaremos mucho tiempo haciendo viajes a la iglesia para poder curarnos. Lo más molesto de esto es que la cantidad de personajes que pueden darnos este estatus es enorme. No sólo creo que es una mala idea sino que es aún más molesto cuando es un efecto tan común en el juego. (Al principio es molesto pero luego de 20 horas de juego es desesperante).

En el apartado musical estamos frente a una entrega que no brilla en cuanto a la música. Sin embargo, si tiene un detalle muy interesante y es que la banda sonora tendrá más instrumentos mientras más integrantes tengamos en la party. Esta selección musical es siempre la misma pero cuando vamos sólos con Rhys es una música mucho más simplona que cuando tenemos una party completa con los 5 integrantes, lo que le da emoción al gameplay.

Una de las grandes críticas que tiene este juego es su falta de conexión con el resto de la saga. Si, es verdad que Phantasy Star III parece más cercano a Dragon Quest o a Final Fantasy (en sus temáticas) que a su propia saga. A pesar de esto el juego es una secuela directa de Phantasy Star II y los hechos que se dan en este juego impactan directamente la historia de esta tercera entrega. El problema está que para entender y descubrir esto hay que jugar más de 12 horas de juego y es entendible que con lo tediosa que es esta entrega muchos no hayan aguantado este tiempo de desarrollo de la historia.

Phantasy Star III es un claro ejemplo de un juego hecho por un equipo joven, con ideas frescas y motivado por hacer algo que marque un antes y un después en su género. Lamentablemente las presiones de SEGA por tener el juego listo en tan sólo 6 meses y la misma falta de experiencia del equipo los hizo olvidarse de que el juego debía ser divertido. Creo que desde un punto de su historia esta entrega tenía todo lo necesario para ser una entrega pívot en su propia saga. Lamentablemente terminó siendo un mal juego que fue aplastado por la competencia. Esta entrega tuvo la mala suerte de salir un día después del lanzamiento de Fire Emblem, 6 días antes que Final Fantasy III, dos semanas después de Digital Devil Story – Megami Tensei II y dos meses después de Dragon Quest IV. Si eras un jugador japonés en abril de 1990 tenías muchas opciones en juegos de rol, curiosamente Phantasy Star III no sólo ofrecía la propuesta más floja sino la única para la que necesitas comprarte una flamante Sega Genesis.

En esta reseña puede parecer que soy extremadamente duro con un juego del que disfruto algunas cosas como su historia. Sin embargo creo que los aspectos negativos son lo suficientemente fuertes para restarle cuando miramos el juego en su totalidad. Phantasy Star había evolucionado como saga y Phantasy Star III hubiera sido brillante si hubiese mantenido las cosas que hacían bien los juegos anteriores. Lamentablemente las ansias de experimentación los llevó a descartar algunas cosas de juegos anteriores y en eso incluyeron malas ideas. Si les gusta Phantasy Star les recomiendo jugarlo por su historia puesto que conecta bastante con Phantasy Star IV. Si no, tenemos muy poco tiempo de vida como para desperdiciarlo con juegos malos.

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