Proyecto Ghibli: Susurros del corazón

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Título:  Susurros del corazón
Dirección: Yoshifumi Kondō.
Duración: 1h y 51 min.
Elenco: Yōko Honna, Issei Takahashi, Shigeru Muroi, Minami Takayama, Keiju Kobayashi, Mayumi Iizuka, Toshio Suzuki, Takashi Tachibana y Shigeru Tsuyuguchi.
Genero: Romance adolescente.
Estreno: 15 de julio de 1995.
Sinopsis: “Una joven estudiante amante de los libros descubre que todos los libros que ha elegido en la biblioteca han sido previamente elegidos por una misma persona. Cuando descubre quién es conoce a Seiji, un joven que está aprendiendo el arte de fabricar violines.”

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Empezando con el Proyecto Ghibli este 2019. Hoy nos toca una película que se estrenó casi un año después de Pom Poko. Susurros del corazón es una película diferente a lo que nos tenía acostumbrados el estudio Ghibli. Para empezar tenemos un nuevo director, Kondō es un hombre que empezó a trabajar en el estudio como director de animación en La tumba de las luciérnagas y fue uno de los principales aprendices más cercanos a Miyazaki. Si bien tiene una larga historia trabajando en películas de animé y en varias del estudio, Kondō falleció a la joven edad de 47 años y ésta fue la única película donde pudo ejercer como director.

A diferencia de la mayoría de las películas de Ghibli, esta se encuentra basada en un manga. La historia original fue escrita por Aoi Hiiragi y se titula «Mimi o Sumaseba», este título se puede traducir literalmente como «si escuchas con cuidado». Creo que este es un detalle bastante importante porque en un manga se manejan otros tiempos para el desarrollo de los personajes. En una película sobre adolescentes ambientada en el mundo real es importante crear personajes creíbles y que esas personas generen una conexión con la audiencia. Siento que con esto se pusieron una vara muy alta desde el principio, ya veremos si llegaron a pasarla.

La historia comienza con Shizuku Tsukishima, una chica de 14 años que vive en Tokio con sus padres. Al igual que todos nosotros a esa edad, Shizuku está empezando a preguntarse qué quiere hacer de su vida. Esas preguntas empiezan a girar en torno a la literatura, su gran pasión. Ella es una chica que ya se leyó casi todos los libros de la biblioteca de la escuela y que rápidamente descubre una coincidencia increíble. Cada libro que ella tomó prestado ya había sido pedido por un chico antes. El nombre Seiji Amasawa empieza a aparecer en todos los libros y ella se empieza a intrigar por este misterioso chico. Esto es interesante porque la narrativa va por dos carriles, por un lado el crecimiento de la protagonista y el descubrimiento de su camino en la vida y por el otro la relación que se formará entre Seiji y Shizuku.

Desde este punto de vista la historia parece bastante simple pero Kondō introduce una vuelta de tuerca que le da un poco de sabor a la mezcla. Un día Shizuku llega a una extraña tienda de antigüedades, es en este lugar que conoce a Shiro Nishi. Nishi es un anciano dueño de la tienda que atesora con mucho cariño la estatua de un gato. Es la amabilidad del anciano y la belleza de la estatua que hacen que la chica se decida quedar en la tienda y empiece a ayudar al hombre. A cambio Nishi empieza a actuar como el mentor de la chica y a animarla a seguir sus sueños. No importa si sus padres quieren algo diferente, si su pasión es la escritura, ella deberá trabajar para triunfar con lo que ama.

Por el otro lado Shizuki descubrirá a su misterioso amor literario. Seiji resulta ser un chico de su edad que solía molestarla cada vez que se veían. Esto me pareció un detalle de lo más interesante porque creo que le da una nueva profundidad a la historia de amor entre los dos jóvenes. Aquí no tenemos en ningún momento instalove o algo que se le parezca. Seiji y Shizuki se conocen casi sin quererlo y poco a poco se van enamorando. Creo esto funciona aún mejor porque en su crecimiento son dos polos opuestos. Seiji sabe desde el primer segundo que quiere ser un constructor de violines, viajar a Italia a aprender de los mejores maestros y seguir perfeccionando su técnica. Por el otro lado Shizuki no tiene del todo claro qué es lo que quiere hacer de su vida y lo irá descubriendo a lo largo de la película.

Si hablamos del desarrollo de los personajes tenemos una historia que se apoya completamente en los hombros de los protagonistas. Aquí no hay ningún tipo de magia y situaciones fantásticas y lo único que mueve la narrativa es la química que existe entre los dos personajes y cómo poco a poco se van conociendo y enamorando. Creo que eso es un reto bastante grande a la hora de retener la atención del espectador y que Kondō logra hacerlo con creces. Además las situaciones que tienen que vivir son realistas y es muy fácil sentirse identificado con ellos dos.

En cuanto a la animación estamos frente a una película que no tiene muchos adornos. Shizuki vive en Tokio y hace las cosas normales que cualquier otra chica japonesa. Si bien la película cuenta con una una toma netamente fantástica el fuerte de la historia se narra con los pies en la tierra y eso limita mucho la creatividad de los animadores. Aún así todos los esfuerzos se concentran en crear un mundo realista donde podamos sentirnos identificados con la protagonista. Quizás no sea la película más vistosa de Ghibli pero hace un trabajo excelente para meternos el Tokio de Shizuki.

El apartado musical de esta película es brillante y cuenta con mi segunda canción favorita de Ghibli hasta la fecha. Creo que es una movida de lo más inteligente incluir la canción principal del filme como parte de la historia de los personajes. «Country Roads» es una de las primeras cosas que escribe Shizuki en su viaje para convertirse en escritora. Esto hace que la parte musical encaje a la excelencia con el resto de la película y que aporte al desarrollo de los personajes y de la historia. Esto es una jugada que puede ser arriesgada pero que aquí funciona a la perfección.

Para terminar puedo entender que quizás Susurros del corazón no es una película para todo el mundo. A mi personalmente no me suelen enganchar las historias de amor pero creo que Shizuku y Seiji son dos personajes muy realistas que hacen que cualquiera se encariñe con ellos. Si bien no es una película que te inyecta un shot de adrenalina y te engancha de principio a fin creo que vale la pena darle una mirada si son fanáticos del Estudio Ghibli.

Si les gustó este post les recuerdo que en febrero estaré hablando de La princesa Mononoke y que si les gusta este proyecto pueden seguir las próximas películas en este link.