Título: El camino de dagas.
Autor: Robert Jordan.
Genero: Fantasia.
Saga: La rueda del tiempo #8.
Páginas: 608.
Fecha de publicación: 20 de octubre de 1998.
Sinopsis: «Mientras Elayne y Nynaeve, con la ayuda de Detectoras de Vientos y las Allegadas, ponen en funcionamiento el Cuenco de los Vientos, Perrin se encuentra en Ghealdran para conseguir que la reina Alliandre respalde públicamente al Dragón Renacido.
Rand continúa en Illian, intentando pacificar el país, cuando recibe la noticia de que los Shaido están esperando el caos provocado por los Juramentados del Dragón. El tan deseado cambio climático, propiciado por el Cuenco de los Vientos, provoca bruscos cambios de temperatura que dificultan el desplazamiento de tropas.
Por ello Rand decide hacer frente a los seanchan en las costas de Illian, con el fin de frenar el avance del ejército invasor. Pero Rand no tendrá que luchar únicamente contra el enemigo.»
«A un secreto dicho en voz alta le crecen alas»
En el mundo literario hay algunas sagas cuya reputación las sigue a donde vayan. En el caso de La Rueda del Tiempo es conocido que por el séptimo y el octavo libro comienza una serie de entregas donde la narrativa se frena, los libros se hacen más densos y no pasa nada sumamente relevante por la historia. Si bien creo que estos argumentos son un poco exagerados, después de leer El camino de dagas puedo entender de dónde vienen estas críticas porque realmente aquí Jordan pisa el freno y todo se empieza a mover mucho más lento.
Un aspecto que me llamó la atención luego de terminar La corona de espadas, es que Jordan había atado casi todas las tramas que habían quedado abiertas del libro anterior. Además este libro marcaba el final de la primera mitad de la saga, lo que hacía que fuera una bisagra importante entre lo que pasaba en un principio y el tramo final de la historia. Esto hacía que termine de leer la historia sin tener mucha idea de lo que podría pasar en los libros siguientes. Obviamente sabía que Perryn se iba a encargar de negociar con la reina Alliandre de Ghealdan, que Elayne intentaría sentarse en el Trono del León de Andor, que Egwene intentaría retomar Tar Valon y unificar a las Aes Sedai y que Rand seguiría con sus preparativos para la última batalla. Pero no tenía mucha idea de cómo seguiría la historia en el corto plazo.
Creo que al mismo Jordan le pasó esto cuando empezó a escribir El camino de dagas, un libro que más que nada se concentra en reordenar la narrativa y de preparar a los personajes para lo que sería la segunda mitad de la saga. Esto hace que tengamos un libro donde realmente pasa poco y nada pero que lamentablemente era necesario para ordenar la narrativa y plantar la semilla de lo que serían las próximas tramas. A pesar de esto, y de su corta duración (siendo por un buen margen el libro más corto de la saga) hay algunos personajes como Mat que no aparecen, lo que hace que toda su trama en Ebou Dar tenga que esperar un libro más.
«En las altas esferas, todos los caminos están pavimentados con dagas»
Donde si continúa la trama de Ebou Dar es con las Aes Sedai, entre las que tenemos a Elayne y Nynaeve. Esta trama avanza hasta que eventualmente terminan utilizando el Cuenco de los Vientos para terminar de una vez con la sequía y el calor abrasador que estaba asolando la región. Sin embargo aquí pasan algunas cosas interesantes, primero podemos ver como el resultado de usar este cuenco no sólo terminó el calor sino que dejó un invierno igual de potente haciendo que se vaya de un extremo al otro. Pero además al hacer este cambio las Aes Sedai detectan que hay un poco de saidin extremadamente putrefacto en la zona.
Esta trama se ve interrumpida cuando los Seanchan se ven atraídos por el uso del poder único y empiezan a atacar a las mujeres que están encausando. A pesar de esto logran escapar sanas y salvas y emprender rápidamente un viaje a Andor para que Elayne recupere el Trono del León. Sin embargo este viaje nos empezará a mostrar los conflictos entre las Aes Sedai, las Allegadas y las Detectoras de Viento. Con discusiones donde cada grupo de mujeres intenta dar su punto de vista, pero a la misma vez donde vemos como Elayne y Nynaeve intentan mantener la fiesta en paz para cumplir el objetivo de Egwene de mantener a todas las mujeres capaces de encauzar relacionadas de alguna forma con la Torre Blanca.
Donde si se sigue la trama de la invasión de Seanchan es con la trama de Rand. Una trama donde lo podemos ver intentando hacerse con el control político real de Illian luego de la batalla con Sammael y la toma del poder luego del final del libro anterior. Esto es sumamente importante porque si miramos el mapa de este mundo Illian está del otro lado de la bahía que empieza en Ebou Dar por lo que es la próxima gran ciudad que se encuentra en el camino de la fuerza invasora. Además de esto está el problema de que muchas de las tropas de Sammael quedaron sin un liderazgo claro y podrían volverse criminales, por lo que la trama de Rand intentará seguir estas líneas.
«Hacerles frente con cuchillos y lanzas resultaba mucho más fácil que amar a uno en particular. Muchísimo más.»
Sin embargo, la trama de Rand no se limita a esto. Sino que podemos ver un enfrentamiento entre sus tropas y los Seanchan y realmente ver a Rand como jefe militar y cómo de alguna forma debe empezar a maniobrar la telaraña política en la que se metió intentando tener contento a todos los grupos de personas que le juraron fidelidad. Esto es algo peligroso porque por un lado están los Ashaman, de los que el mismo Rand empieza a desconfiar. También están las Aiel, que consideran una deshonra que Rand no las deje pelear por él (algo a lo que él se niega porque no quiere ver morir a más mujeres). Pero también están los conflictos entre los reinos que conquistó, quienes tienen sus propios problemas y a los que Rand no debe dejar de lado para no considerar a nadie sus favoritos. Esto último es sumamente peligroso y aquí se nota la habilidad de Min para ayudarlo a navegar por este terreno, algo que hace que sobre el final del libro tenga una desagradable sorpresa.
La trama que pensé que iba a tener más peso en este libro (pero que lamentablemente no lo tiene) es la de Perrin. Aquí podemos empezar a ver cómo el joven realmente empieza a maniobrar sus dotes de líder y cómo intentar evitar que Berelain y Faile se terminen matando entre ellas por él. Sin embargo podemos ver como ellas dos se terminan amigando y haciendo que la situación se calme bastante para ambas y que Perrin pueda vivir con más tranquilidad mientras se concentra en llevar a Masema con Rand, como le ordenaron.
Si bien esta trama no logra avanzar mucho, y cuando Perrin por fin puede reunirse con Masema la trama termina con un cliffhanger que retomará en el próximo libro, es aquí que aparecen muchos personajes interesantes. Por un lado tendremos el regreso del genial Elyas Machera, quien nuevamente vuelve para ser un referente para Perrin y para guiarlo. Pero también tendremos a Morgase Trakand uniéndose a Perrin bajo el nombre de Maighdin Dorlan junto con otros sobrevivientes del ataque Seanchan a la Fortaleza de la Luz. Lo interesante de Morgase en esta trama es que ya te da un adelanto de como a ella no le gusta nada que Perrin viaje con banderas del Águila Roja de Manetheren (puesto que esta región pertenece al reino de Andor y no es un reino independiente). Lo que me parece genial, porque adelante un posible conflicto entre el grupo de Perrin y el de Elayne si consigue el control de Andor.
—¿Cómo sabe uno cuando una mujer quiere matarte? —caviló Rand.
—¿Cuando ella sabe el nombre de uno? —Dobraine no hablaba como si bromease.
La otra gran trama de este libro es la de Egwene, quien sigue avanzando hacia la frontera de Andor camino a Tar Valon. Aquí empiezan a aparecer cada vez más fuertes los conflictos entre Egwene y la Antecámara de la torre. Con una antecámara que no está dispuesta a decirle que si a todo a la joven Sede Amyrlin y una Egwene que siente que le dieron el puesto para usarla como un títere y manipularla. Esta trama empieza lenta pero se empieza a poner interesante cuando vemos como Egwene se logra mover, con la ayuda de Siuan Sanche, Sheriam Bayanar y Gareth Bryne, para terminar de presionar a la Antecámara y lograr efectivamente que se la respete como Sede Amyrlin.
Toda esta trama terminará en un gran esfuerzo de Egwene para poder hacerse con el poder efectivo y lograr que se emprenda una marcha y una preparación de un ejército real para invadir Tar Valon y recuperar la Torre Blanca. Si bien creo que en los últimos libros Jordan le empezó a dar menos y menos importancia a las tramas de Tar Valon, si se nota una evolución importante de Egwene en su nuevo papel y se la nota mucho más segura de si misma. Esto último eventualmente la preparará para tener mucho más protagonismo en los siguientes libros.
Como en todos los libros de la saga, El camino de dagas cuenta con unas pequeñas tramas enfocadas en personajes secundarios que poco a poco empiezan a hacer avanzar las historias que se volverán importantes más adelante. Aquí es donde podemos ver un poco la situación política entre los renegados (más que nada los conflictos entre Greandal y Mogedhien). En Tar Valon vemos como Seaine Herimon y Pevara Tazanovni logran conseguir la Vara Juratoria y empiezan a hacer su propia investigación para encontrar al Ajah Negro, lo que hace que este capítulo sea sumemente interesante por lo mucho que aprendemos sobre como funciona la organización en el Tar Valon de Elaida y por ver como aquí también están intentando luchar contra el Ajah Negro. Por último tenemos un movimiento importante de los Shaido y sus Aes Sedai secuestradas, un movimiento que los terminará poniendo cara a cara con los Ashaman y que terminará con un genial giro de tuerca donde volvemos a ver a Logain.
«Ningún plan de batalla sobrevive al primer contacto»
Como dije antes en mi reseña el octavo libro de La rueda del tiempo es un libro lento, donde no pasa mucho, pero donde cada pequeña ficha se va moviendo para encarar la próxima mitad de la saga. Esto hace que tengamos un final explosivo y donde me haya quedado con muchas ganas de seguir leyendo la saga, a pesar de que reconozca que el libro no es de los mejores. La rueda sigue girando y si bien El camino de dagas no es de sus mejores libros, si es un trampolín interesante sobre el cual el autor se impulsa para crear excelentes tramas en el futuro.

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