Título: La mano izquierda de la oscuridad.
Autor: Ursula K. Le Guin.
Genero: Ciencia ficción.
Saga: –.
Páginas: 336.
Fecha de publicación: 1 de enero de 1969.
Sinopsis: «Así comienza su relato Genly Ai, enviado al planeta Gueden —también llamado Invierno por su gélido clima— con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen.
Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer. En Invierno, Ai contacta con Estraven, un alto cargo que le mostrará cuán diferente puede llegar a ser una sociedad donde no existe una diferenciación sexual.»
«Escribiré mi informa como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación.»
A lo largo del año pasado me dediqué a escribir largo y tendido sobre la saga Terramar, una saga de fantasía épica de Ursula K. Le Guin. Sin embargo hacía tiempo que quería volver a hablar de la otra cara de la autora, su ciencia ficción. Una ciencia ficción que no había vuelto a leer desde mi reseña de El nombre del mundo es Bosque y desde los Desposeídos. Es por esto que esta vez toca volver a subirnos a una nave espacial y volver a tocar una historia sobre el Ecumen.
La mano izquierda de la oscuridad es una de las novelas pioneras de lo que se conoce como ciencia ficción feminista. Aquí la autora parte del supuesto donde toda la población humana de un planeta evolucionó al punto de volverse andróginos. Estas personas viven tres semanas del mes siendo completamente asexuales y neutros, sin embargo en la cuarta semana del mes estos humanos mutan y se convierten en uno u en otro sexo para complementarse con su compañero sexual. Esto hace que en la mayoría de los casos (la autora llega a nombrar que existe el sexo homosexual en Gueden) cuando una persona muta al sexo masculino su pareja mutará al sexo femenino.
Este es un mundo extremadamente aislado de la federación de planetas humanos conocida como el Ecumen. Es por esto que las personas de Gueden aún no se unieron a la federación de planetas para comerciar y aliarse con los otros humanos. Aquí es donde entra en escena nuestro protagonista, Genly. Genly es un emisario del Ecumen que se encarga de ir a negociar con las personas de este planeta para que se unan a la confederación de planetas.
«Aun en una sociedad bisexual el político es muy a menudo algo menos que un hombre íntegro.»
La primera idea de Genly es recurrir a las personas del país de Karhide para negociar la inclusión de Gueden en el Ecumen. Sin embargo a Genly no le resulta extremadamente fácil esta misión, puesto que por X o por Y no puede conseguir una audiencia con el rey de dicho país. Para hacerlo empieza a formar una amistad con Derem Estraven, primer ministro de Karhide, buscando que él le agende una cita con el rey. Sin embargo cuando Estraven le confirma a Genly que tendrá una reunión con el rey, Estraven le avisa a nuestro protagonista que ya no apoya la inclusión de su planeta en el Ecumen y desaparece.
En la reunión con el rey Genly descubre que el rey de Karhide es un hombre profundamente trastornado y tomado por la locura. Por lo que sin importar las ofertas que le realice el rey no está dispuesto ni a escucharlo ni a aceptar la unión de su planeta a la liga de planetas humanos. Sin mucho más que hacer en Karhide, nuestro protagonista decide viajar al interior del planeta para negociar con el otro gran país de Gueden.
Un aspecto que hace interesante este libro es que el planeta en el que está ambientado no tiene una inclinación en su eje. Esto hace que las estaciones no sean diferentes en el hemisferio sur que en el hemisferio norte, lo que provoca que todo el planeta se encuentre con veranos e inviernos extremos. Sin embargo el planeta está pasando por una época glaciar lo que en la práctica hace que sea siempre invierno, sólo que en algunas estaciones será más crudo que en otras. Es también por esto que muchas personas de este mundo se refieren a Gueden como «Invierno».
» – ¿No entiende aún, Genry, por qué perfeccionamos y practicamos la profecía?
– No.
– Para mostrar que no sirve de nada tener una respuesta cuando la pregunta está equivocada.»
Es en el viaje a Mishnory (la capital del otro gran país) que Genly empieza a conocer las culturas religiosas y las grandes diferencias que hay entre los dos países. Mientras Karhide está controlado por un monarca totalitario, Mishonory es una república gobernada por un consejo de gobernantes. Estos gobernantes acceden a reunirse con Genly y se muestran muy abiertos a la incorporación del planeta dentro del Ecumen. Sin embargo no todo es lo que parece y rápidamente descubriremos que Estraven pidió refugio en Mishnory y es el culpable de que el consejo sea tan positivo con las propuestas de Genly.
Además empezaremos a darnos cuenta que Mishnory es una sociedad bastante más complicada de lo que parece en un principio. Si bien su cara al mundo es una sociedad democrática, en realidad el país está gobernado por una policía secreta que se dedica a perseguir y apresar a los opositores. Además esta sociedad está dividida entre dos facciones, por un lado una facción que busca el libre comercio y la paz entre los dos grandes países del planeta (liderada por el consejo gobernante de Mishnory) y una facción alineada con la policía secreta que sólo quiere ir a la guerra con sus vecinos del sur y destruirlos. Esta lucha de poderes se mantiene equilibrada porque el consejo tiene el poder político y la policía secreta el poder armado y militar, por lo que ninguno tiene suficiente fuerza como para eliminar al otro. Lamentablemente para Genly, al no tener el gobierno que dé la cara no puede negociar con ninguno de los dos.
Eventualmente todo este conflicto político explotará en la cara de nuestro protagonista y lo hará sufrir las consecuencias de meterse en la boca de un lobo del que no conoce mucho. Sin embargo Estraven será quien se encargará de rescatarlo y juntos emprenderán un viaje donde realmente empezamos a conocer mucho más sobre el Ecumen y la sociedad y las personas de Gueden.
«Un hombre desea que se tenga en cuenta su virilidad, una mujer desea que se aprecie su femineidad, por más indirectos y sutiles que sean. En Invierno no existen. Uno es respectado y juzgado sólo como ser humano. La experiencia es asombrosa.»
La mano izquierda de la oscuridad es un libro que hace un ejercicio de ¿que sería? si una de las cosas que más nos identifican y más nos marcan a los seres humanos no existiera. El sexo no es algo que sea relevante en este planeta puesto que cualquier persona podría ser del sexo femenino una semana para al mes siguiente pasar a ser del sexo masculino. Lo que en un principio puede parecer algo simple tiene profundas consecuencias en cómo funciona la sociedad de este planeta haciendo que cosas como la palabra «guerra» no sean conocidas.
Le Guin parte de la base que buena parte de las desigualdades en cuanto a los sexos es que los hombres podemos utilizar la violencia sexual. Sin embargo en una sociedad como la de Gueden las personas desarrollaron una mayor empatía por la sexualidad de la otra persona y no hay una predisposición a la violencia sexual. A nadie se le ocurre violar a nadie en Gueden porque al tener un sexo variable los papeles se pueden revertir y todos se ven entre si mismos como iguales. Donde vemos más claro esto es en el protagonista de la novela, un hombre que para las personas de Gueden es un pervertido por ser un hombre todo el tiempo. Para las personas de este planeta volverse hombres o mujeres es algo exclsivamente sexual por lo que asocian el género y el sexo más hallá del aspecto netamente sexual. Fuera de este periodo de celo las personas son simplemente personas y no hombres o mujeres.
La mano izquierda de la oscuridad habla de la empatía y de cómo las personas pueden empezar a comprender a alguien que es extremadamente diferente a ellos. Además de esto la novela logra hacer un experimento sobre cómo las diferencias sexuales y de género terminan definiendo las sociedades en las que vivimos y cómo el énfasis en estas diferencias termina siempre llevándonos por el camino de la violencia. Por el otro lado creo que la novela se queda bastante llana en como narra a los personajes y termina dándonos muy poca evolución de Genly y de Estraven sino que la autora termina usándolos a ellos como un recurso para hablar de su mundo y de la crítica social que quiere poner sobre la mesa. Lo que hace que esta sea una gran lectura para quien quiera leer ciencia ficción mezclada con crítica social feminista.

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