Título: Moana.
Dirección: Ron Clements y John Musker.
Duración: 1h y 47 min.
Elenco: Auli’i Cravalho, Dwayne Johnson, Rachel House, Temuera Morrison, Jemaine Clement, Nicole Scherzinger y Alan Tudyk.
Genero: Aventuras.
Estreno: 23 de noviembre de 2016.
Sinopsis: «La historia se desarrolla hace dos milenios en unas islas del sur del Pacífico. La protagonista es Moana Waialiki, una joven que desea explorar el mundo navegando por el océano. Ella es la única hija de un importante capitán que pertenece a una familia con varias generaciones de marinos.»

Un nuevo mes en el Proyecto Disney y esta vez toca partir a los océanos para conocer la aventura de una joven que decidió romper las costumbres de su pueblo y viajar hacia lo desconocido para salvarlo. Hoy toca hablar de la película número 56 del canon de Walt Disney Animation Studios: Moana.
La historia de la producción de Moana comienza de una forma poco convencional. Luego de terminar La princesa y el sapo Ron Clements y John Musker habían decidido que su próxima película fuera una adaptación de la novela Mort de Terry Pratchett. Si bien Clements y Musker son un equipo de directores que ya demostró una y otra vez su capacidad para hacer grandes películas, Disney no llegó a un acuerdo con Pratchett (que en ese momento vivía) y no pudieron conseguir los derechos para adaptar su obra. Esto hizo que el dueto de directores empezará a investigar diferentes opciones para crear otra película y de allí surgieron tres ideas.
De estas tres ideas la que terminó teniendo luz verde surgió porque Musker estuvo investigando sobre la mitología polinesia y quedó intrigado por las historias sobre el semidiós Maui. Disney es una compañía que tuvo muchísima influencia polinesia en sus parques y que se puede ver claramente en el Disney’s Polynesian Village Resort y en muchas atracciones de Disneyland y Walt Disney World como Jungle Cruise y The Enchanted Tiki Room. Por lo que cuando estos dos directores le presentaron a John Lasseter la idea de hacer esta película, el productor aceptó de inmediato y le ofreció a ambos un viaje a Fiji, Samoa y Tahití para conocer la cultura sobre la que iban a hacer la película de primera mano.

Si bien en un principio su idea era hacer una película puramente sobre Maui (algo similar a lo que ellos mismos ya habían hecho en Hércules) fue en estos viajes que descubrieron la inspiración que le daría forma a la película. Al parecer los pueblos de la Polinesia tenían una gran cultura de navegantes desde antes que las culturas occidentales. Sin embargo por algún motivo dejaron de hacerlo abruptamente, lo curioso de todo esto es que incluso los académicos no tienen claro el porqué de esta pausa en los viajes de estas personas. Esto terminó inspirando a los cineastas a ambientar la película en este momento e intentar darle una explicación mitológica y fantástica a esa pausa en los viajes.
Un aspecto interesante de la investigación de esa película fue que los directores consultaron a un equipo de expertos en la historia y cultura de la zona. La idea era no cometer los errores de películas anteriores como Mulán o Pocahontas y hacer una película que represente de forma objetiva y respetuosa la cultura que estaban intentando adaptar. Estos expertos no sólo hicieron comentarios para mejorar la película sino que terminaron descartando 9 versiones de la misma por problemas a la hora de mostrar la cultura de la isla. Creo que este trabajo valió la pena y hay que reconocer el esfuerzo de los directores de crear una película respetuosa con las tradiciones y culturas que la inspiraron.
La historia de Moana comienza contando la historia de Maui, como siendo un semidiós todopoderoso con la capacidad de transformarse en diferentes animales gracias a su anzuelo mágico. Maui viaja por el mundo buscando conseguir el corazón de Te Fiti, la diosa de la vida que utilizó una piedra mágica para traer la vida a los océanos. Maui por su parte busca robar esta piedra para dársela a la humanidad y darles el poder de la creación. Sin embargo cuando Maui roba la piedra aparece un demonio volcánico que también busca la piedra y lo ataca, haciendo que el semidiós pierda la piedra y su anzuelo en el fondo del mar.

Mil años después conocemos a Moana, la hija del líder de la isla de Motunui. Moana es una joven que debe seguir los pasos de sus padres pero que tiene una conexión personal con el océano y siente la llamada de la exploración por el océano. De todas formas esta exploración es algo vetado por la cultura de la isla y sus leyes. Motunui está rodeada por un arrecife de coral que la protege de los peligros del océano y crea un pequeño paraíso tropical donde estas personas pueden pescar, cultivar y vivir en paz.
Sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que las cosas empiezan a ir mal en la isla. De un día para otro los cultivos y los cocos empiezan a convertirse en una tierra negra, los peces desaparecen del arrecife y todas las soluciones y opciones que buscan los habitantes no parecen llegar a ningún lugar. Es aquí que el océano hace llegar a Moana el corazón de Te Fiti con tal de que vaya a buscar a Maui para que juntos puedan devolverle la piedra a la diosa y así restaurar el balance en las islas.
Lo interesante de todo esto es que a pesar de que Moana se da cuenta de esta misión, su padre le pone trabas a su viaje. Según él, salir del arrecife es extremadamente peligroso y su pueblo la necesita en la isla, no viajando por el océano. Sin embargo la que sí entiende la importancia de la misión de Moana es su abuela quien le muestra que las naves de su pueblo se encuentran escondidas dentro de una cueva. Con estas naves Moana tiene las herramientas necesarias para hacer el viaje, un viaje que termina haciendo cuando su abuela se enferma gravemente y en su lecho de muerte le pide a su nieta que emprenda de una vez su viaje para encontrar a Maui y restaurar el equilibrio.

Lamentablemente para Moana su viaje comienza mal primero porque se encuentra que su gallo Hei Hei quedó dentro del bote y termina encontrando un tifón que la hace naufragar en una pequeña isla. Sin embargo el océano parece haberla guiado bien porque en esa misma isla se encuentra cara a cara con el mismo Maui. Maui sin embargo es un personaje egocéntrico, egoísta y traicionero que en vez de ayudar a Moana decide traicionarla y abandonarla en una cueva y escapar en su bote. Sin embargo la joven logra escapar de la cueva y, gracias al océano, llega nuevamente al bote para hacerle frente al semidiós. Aquí ya empezamos a ver que la relación entre Moana y Maui será complicada y a la joven le costará mucho convencer al semidiós para llevarlo de una vez a completar su misión.
Maui termina aceptando a regañadientes pero le explica a Moana que necesita su anzuelo para poder hacerle frente a Te Kā. Para recuperarlo deben viajar primero a Lalotai, la isla que marca la entrada al reino de los monstruos. Aquí vive el malvado Tamatoa, un cangrejo gigante (que me recordó mucho a Smaug de El Hobbit) y que colecciona tesoros en su cueva, entre estos tesoros se encuentra el mismo anzuelo de Maui. Para recuperar esto Moana deberá distraer al cangrejo mientras Maui roba el anzuelo. Sin embargo Tamatoa es lo suficientemente despierto y atento como para superar a los dos. Sin embargo Moana termina encontrando la forma de utilizar la vanidad del monstruo para que Maui pueda recuperar su anzuelo.
Con el azuelo y el poder de Maui restaurado Moana y el semidiós emprenden un viaje hacia Te Fiti para restaurar de una vez el poder de la diosa y traer el balance a las islas. Aquí Maui enfrenta al malvado Te Kā mientras Moana intenta aprovechar que el demonio está distraído para avanzar por el pasaje de piedras que rodean la isla. Sin embargo cuando Moana va a hacer esto Maui le dice que se retire porque Te Kā los va a atacar, ella lo ignora y él termina golpeando al demonio con su anzuelo astillando y haciendo que el semidiós y la joven vuelen por los aires y queden nuevamente a la deriva. Algo que termina destrozando anímicamente a Maui y lo obliga a abandonar a la joven. A partir de aquí Moana deberá recuperar sus fuerzas y decidirse en emprender un último viaje para salvar a su isla.

Moana es una película hermosa y tiene una animación extremadamente detallada. Aspectos como el agua y como la misma interactúa con los personajes, además como los efectos y con la magia de los semidioses que viven en estas islas. Detalles como los tatuajes de Maui o los movimientos de las plantas en el cuerpo de Te Fiti hacen que toda la película sea una maravilla de ver y de disfrutar. Esto obviamente tuvo un impacto importante en el proceso de producción, con un grupo de 90 animadores trabajando para hacer esta película en nada más que un año. Esto obligó a que Clements y Musker pasen a trabajar 12 horas de lunes a sábado y que a pesar de esto no den a basto para coordinar al equipo de animadores por lo que Don Hall y Chris Williams (directores de Grandes Héroes) pasen a colaborar como coordinadores de animadores luego de terminar su película.
En el apartado musical tendremos una colaboración entre el grupo de música del pacífico Te Vaka, y los compositores Mark Mancina (quien ya había colaborado en la banda sonora de Tarzán y Tierra de Osos con Phil Collins) y el cantante Lin-Manuel Miranda que eventualmente se convertiría en uno de los grandes compositores contemporáneos de Disney. Moana no sólo tiene una gran banda sonora, sino que también tienen canciones como How Far I’ll Go y You’re Welcome se volvieron grandes clásicos de la discografía de Disney. Lo interesante de esta banda sonora es que no sólo cuenta con canciones en inglés sino que temas como Tulou Tagaloa (la canción inicial) están cantadas en idiomas isleños como samoano y tokelauano dando una mayor representación cultural a los países en los que se impiraron.
Moana es una gran película que, salvo algunos puntos donde la trama parece acelerarse demasiado, terminará encantando a quienes la miren y que rápidamente se convirtió en un clásico de la filmografía de Disney. Ron Clements y John Musker son dos de los más grandes directores del estudio y creo que Moana termina siendo una demostración de que no perdieron el toque para crear clásicos animados como lo hicieron en los 90. Si aún no la vieron y les gustan las películas con personajes femeninos fuertes no duden en darle una oportunidad.

El mes que viene prepárense porque viajaremos a la internet en la secuela de Ralph el Demoledor porque nos tocará reseñar Wifi Ralph. Si disfrutaron de este post y quieren leer el resto de mis entradas sobre Walt Disney Animation Studios los invito a leer el resto de mis posts del Proyecto Disney en este link.
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