Título: La casa inernal.
Autor: Richard Matheson.
Genero: Terror.
Saga: –.
Páginas: 342.
Fecha de publicación: 1 de enero de 1971.
Sinopsis: «Durante más de veinte años, la Casa Belasco ha permanecido vacía. Considerada el Everest de las casas encantadas, es una venerable mansión cuyas sombrías paredes han sido testigo de escenas de horror y depravación inimaginables. Las anteriores expediciones que han tratado de investigar sus secretos han terminado en desastre, siendo sus participantes destruidos por el asesinato, el suicidio o la demencia.
Ahora se prepara una nueva investigación que llevará a cuatro extraños a la mansión prohibida, decididos a descubrir en la Casa Belasco los secretos definitivos de la vida y la muerte. Cada uno tiene sus propias razones para arriesgarse a sufrir tormentos y tentaciones desconocidos, pero ¿podrá alguien sobrevivir a aquello que acecha en la casa más peligrosa del mundo?«
«No se llamaría la Casa Infernal si no hubiera una buena razón. En ese lugar existía un poder tan fuerte que había sido capaz de destruir, física o mentalmente a ocho personas… y tres de ellas fueron científicos, como él.»
Hacía un tiempo que no dedicaba un espacio en el blog para hablar de libros de terror y hoy vuelvo a hacerlo dedicando un espacio a un autor que hace mucho tiempo que quería leer: Richard Matheson, Matheson es quizás una de las personas más importantes en la historia del género de horror pero a la misma vez suele quedar olvidado. Obras como Pesadilla a 20000, o Soy Leyenda ayudaron a definir el género para convertirlo en lo que es hoy en día, pero quizás una de sus obras más conocidas es La casa infernal.
La casa infernal nos cuenta sobre la malvada y terrorífica Casa Belasco, una mansión de los años 20 que es considerada una de las casas embrujadas más peligrosas del planeta. Es por esto que cuando el millonario William Reinhardt Deutsch la compra, empieza a formar un grupo de investigadores para que se encarguen de explorar la casa, purgar a los fantasmas que puedan haber dentro y asegurarle que su inversión fue una inversión segura.
Este equipo está formado por cuatro personas, Lionel Barrett un físico con ciertos conocimientos de parapsicología y su mujer (Edith), Florence Tanner una médium mental y Benjamin Franklin Fischer un médium físico y también el único sobreviviente de la última vez que se intentó «exorcizar» la Casa Belasco. Con esta breve introducción Matheson tira a los personajes en la casa y apenas llegan empiezan a experimentar diferentes tipos de fenómenos paranormales, uno más terrorífico que el anterior.
«¿Sólo porque mi madre me dijo que el sexo era pecaminoso y degradante voy a tenerle miedo toda mi vida? Mi madre era una mujer resentida que estaba casada con un alcohólico al que le gustaban demasiado las mujeres. Yo estoy casada con un hombre muy diferente. No tengo ningún motivo para sentirme así. Ninguno.»
Creo que una de las grandes habilidades de Matheson para crear ambiente en estos primeros momentos dentro de la casa es la de no dar mucha información al lector. Si, desde casi el principio de la historia conocemos que cuando Belasco vivía en la casa el hombre se dedicó a crear una sociedad (casi un culto) dedicado a satisfacer sus más profundos deseos, ya sea de forma sexual, excesos de drogas y hasta excesos de violencia y asesinatos. Este culto fue una especie de caldo de cultivo para que las energías psíquicas se manifiesten en la casa y que muchas de las personas que murieron en este lugar se mantengan más allá de la muerte en forma de espíritus.
Es en este contexto que Mathieson empieza a lanzar todo un arsenal de fenómenos paranormales que empiezan a hacer mella en los protagonistas, desde cosas simples como equipos de música que suenan sólos hasta cosas mucho más complejas como apariciones de diferentes tipos de espíritus que hablan con los medium. Esto último será una de las grandes tramas de la novela porque Florence tendrá apariciones de Daniel Myron Belasco, el hijo de los Belasco. Daniel le explicará a la médium que es un fantasma porque su padre lo asesinó y nunca lo enterró, por lo que empezará una misión para llevar a las personas a su tumba improvisada para así que ellos puedan enterrarlo.
Uno de los aspectos más interesantes de esta novela es como el autor mezcla conceptos de la ciencia ficción con los del terror y como también se le da un aspecto mucho más «científico» a este tipo de fenómenos. Creo que es por esto que Mathieson puso a un físico como protagonista, para intentar dar un soporte científico a lo que está pasando en el libro. Este enfoque es relativamente común en las novelas de casas embrujadas pero creo que Mathieson logra hacerlo de una forma relativamente original, donde a pesar de todos los conocimientos científicos y herramientas que tienen los protagonistas los fantasmas suelen estar siempre uno o dos pasos adelantados esperando a que ellos caigan en sus trampas.
«En el año 1927, una epidemia de gripe azotó la casa. Cuando los médicos que se alojaban en ella aseguraron que la niebla del Valle de Matawaskie era perjudicial para la salud, Belasco ordenó que se tapiaran las ventanas.»
Otro aspecto a resaltar de la forma que está escrito este libro es el alto contenido de violencia y de imágenes sexuales gráficas que tienen sus páginas. Esto parecería algo menor pero creo que hace que el libro resulte mucho más perturbador y que en muchos momentos realmente tengamos miedo por los protagonistas y veamos el verdadero efecto de los espíritus de la casa, espíritus que están dispuestos a todo con tal de eliminar a estas molestas personas que están intentando exorcizar su hogar.
Lo curioso de estos intentos de liberarse de los intrusos humanos, es que los fantasmas no se limitarán a hacer manifestaciones y esperar que ellos huyan, sino que perseguirán los puntos débiles de cada uno de ellos con mucha determinación. En el caso de Lionel atacarán su escepticismo y su habilidad para priorizar la ciencia frente a los fenómenos sobrenaturales además de sus debilidades físicas, de Edith se encargará mediante potenciar sus inseguridades y sus deseos sexuales reprimidos, en el caso de Fisher por su miedo de lo que pasó antes, y por último en el caso de Florence se abusará de su empatía por el fallecido Daniel Belasco.
Todo esto no sólo hace que podamos conocer mucho más profundamente a los personajes en cuanto a su psiquis, sino que veremos como la casa activamente intenta explotar esas debilidades. Creo que para que esto funcione mejor Mathieson utilizó un enfoque diferente a la hora de escribir el libro, en vez de capítulos La casa infernal tiene fechas y horas lo que nos permitirá ver las reacciones de los personajes en tiempo real y entender que estos fenómenos no se dan cada cierto tiempo sino que es un constante asalto por parte de la casa, lo que potencia el terror de los personajes.
«Pero sabía, sin sombra de dudas, que había alguien sentado en la mecedora… alguien a quien no podía ver. Un ser cruel e implacable que deseaba destruirla, que deseaba destruirlos a todos.»
Si bien creo que esta novela tiene un montón de aspectos positivos siento que no es perfecta. Mathieson creó personajes que pueden resultar un poco inocentes de más, o un poco lentos para comprender lo que les está pasando. Muchas veces sentí que yo, como lector, ya sabía las respuestas a las preguntas que se hacían los personajes y no necesariamente porque esa información haya estado oculta a ellos sino porque simplemente no se daban cuenta. Esto hace que muchos de los giros finales (en especial en enfrentamiento final contra el fantasma de Belasco) hayan sido muy predecibles y su revelación no se sienta tan satisfactoria como algo que sorprenda al lector.
A pesar de las cosas que no me terminaron de convencer, La casa infernal es un gran ejemplo de cómo escribir una novela de casas embrujadas que realmente se sienta opresiva y donde el sufrimiento de los personajes se hace uno con el sufrimiento del lector. Si están con ganas de leer a Mathieson este puede ser un gran punto de entrada a su literatura, por lo menos a mi me dan muchas ganas de seguir leyendo su obra.

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