Título: Forest of Piano.
Dirección: Masayuki Kojima.
Duración: 1 hora y 41 min.
Elenco: Ryuunosuke Kamiki, Aya Ueto, Chizuru Ikewaki, Hiroyuki Miyasako, Hiroyuki Amano y Mayuko Fukuda.
Genero: Drama.
Estreno: 21 de julio de 2007.
Sinopsis: «La película, basada en un manga de Kodansha escrito por Makoto Oshii (ganador del prestigioso gran premio de el «Japan Media Arts Festival» en la categoría manga del año 2008), cuenta la historia de Shuei, un chico de 5º grado que desea convertirse en pianista. Al ser transferido de escuela conoce a Kinpira quien decide gastarle una novatada. Kinpira le insiste a Shuei a tocar un extraño piano que se encuentra escondido en un bosque, obviamente conocido como «El bosque del piano» sin saber que dicho piano no emite sonido alguno.»

Un nuevo mes y un nuevo post del Proyecto Madhouse. Esta vez nos toca una situación muy curiosa puesto que hay que hablar de una película que fue adaptada de un manga, pero ese mismo manga tuvo una nueva adaptación en 2018 a una serie de anime (producida por Gaina y distribuida por Netflix) que se volvió mucho más conocida que la película. Por lo que creo que es importante aclarar, esta reseña es sobre la película de 2007 y no las dos temporadas del anime que vinieron después.
Forest of Piano es una historia sobre dos adolescentes con pasados radicalmente diferentes. Por un lado tenemos a Kai Ichinose, un adolescente que vive en una de las zonas rojas de su ciudad y que debe ayudar a su pobre familia para poder subsistir con los pocos ingresos que tienen. Por el otro lado tendremos a Shūhei Amamiya, el hijo de un condecorado pianista que es transferido al liceo del pueblo y que está entrenando para convertirse en uno de los mejores pianistas jóvenes de Japón. Con estos pasados y situaciones radicalmente diferentes Kai y Shūhei se conectarán a través de la música y se volverán amigos a la misma vez que rivales mientras intentarán competir en el concurso regional de piano.
La historia comienza cuando Shūhei sufre una novatada por parte de Kinpira, un compañero de clase mucho más robusto que él y que parece disfrutar de hacerle bullying a los más pequeños. Kimpira le explica a Shūhei que como rito de iniciación en este colegio deben ir al bosque cercano a la ciudad y tocar un misterioso piano que está oculto entre los árboles. Shūhei como el nuevo del colegio decide ir a cumplir su reto (a pesar de tener un miedo tremendo del bosque) y es acompañado por Kai. Lo interesante pasa cuando se llega a dicho piano y Shūhei no puede hacerlo sonar por más que lo intenta. Sin embargo Kai si puede tocarlo y hacer sonar maravillosas melodías que dejan plasmado a Shūhei.

Lo más curioso de esto es que cuando van a la casa de Shūhei a tocar con su piano e intentar practicar, Kai no logra hacer sonar nada que no sea un ruido para nada agradable por lo que decide volver a tocar su piano en el bosque. A todo esto descubrimos que la madre de Shūhei está en campaña para conseguir que Sōsuke Ajino, un ex legendario concertista, está dando clase en el colegio de los niños e intenta convencerlo de que tome a Shūhei como aprendiz. Sin embargo, Ajino rechaza al adolescente porque ya no se dedica a ese tipo de música.
Sin embargo, esa noche le llegan los rumores de que el misterioso piano del bosque está sonando todas las noches. Por lo que decide ir a investigar para descubrir que es Kai quien saca esas impresionantes melodías del piano. Esto hace que Ajino se retracte de su posición de no volver a enseñar música y tome a Kai como aprendiz puesto que considera que el adolescente tiene las condiciones para volverse un gran pianista. Esto es algo que en un principio no le gusta a Kai, quien sólo parece poder tocar un piano y hacerlo más por instinto que por otra cosa, sin embargo termina aceptando y allí empieza el entrenamiento de Ajino.
Lo curioso de esta película es que hasta este punto el protagonista parecía haber sido Shūhei. Sin embargo en este momento se pasa el protagonismo a Kai. Podemos empezar a ver como Ajino le enseña sobre los grandes compositores de la música clásica, como lo hace escuchar música y practicar escalas que mágicamente lo hacen sonar bien en cualquier otro piano. Sin embargo aquí aparece un nuevo problema, Kai sólo imita la música de otras personas e interpreta como lo hubiera interpretado alguien más. Esto hace que a pesar de su prodigiosa habilidad su música no tenga alma y se sienta copiada.

Es en este momento que empieza uno de los momentos más bizarros de la película. Kai empieza a ser visitado por los fantasmas de Mozart, quien no quiere dejarlo tocar su composición. Entiendo que esto simboliza la lucha interna de Kai por encontrar su sonido propio, pero la imagen de ver a un Mozart femenino, un Mozart bebé, un Mozart viejo, etc increpando al joven hace que se le saque un poco de dramatismo a una película que en parte debería ser un drama.
Aquí es cuando llegando a la última media hora de película empieza el campeonato en sí y como tanto Kai como Shūhei se preparan para dar lo mejor de sí en el escenario. Lo curioso es que en este momento se introduce un nuevo personaje: Takako Maruyama. Takako es una joven pianista que entra en pánico cuando ve que va a competir contra Shūhei. Sin embargo Kai se queda con ella y empieza a motivar para que de lo mejor de sí. Si bien el personaje de Takako me gustó y creo que su historia es buena, introducir un personaje nuevo con todo un arco en menos de 30 minutos de película es peligroso y más cuando una de mis principales quejas de esta película es su duración.
Forest of Piano cuenta con una gran animación que resalta particularmente en las escenas donde los personajes tocan su música y son arrastrados al mundo de su imaginación. Si bien algunas como las de Takako (quien toca sentada en un váter y con su perro corriendo al lado) pueden resultar un poco ridículas, creo que son una buena forma de transmitir la belleza de la música que tocan los personajes.

Hablando de la belleza de su música, la película cuenta con la participación del concertista ruso Vladimir Ashkenazy, quien es considerado como uno de los mejores pianistas del planeta, habiendo ganado numerosos premios y tocado con algunas de las mejores orquestas sinfónicas del mundo. Creo que la participación de Ashkenazy puede parecer poca cosa al no verlo como personaje, pero realmente se nota su habilidad en las interpretaciones de los personajes. Parte de la gracia de esta película es hacernos creer que los protagonistas son prodigios del piano y tener a un verdadero maestro tocando aporta un montón a ese efecto.
Si bien creo que la película tiene muchas cosas buenas. Forest of Piano sufre mucho por el formato que se decidió para adaptarla. Esta es una película de casi dos horas que intenta adaptar un manga que llegó a 26 volúmenes (para poner en contexto esta es casi la misma extensión que el manga de Full Metal Alchemist). Esto hace que la historia quede extremadamente acelerada para lo que se quiere contar, si es verdad que la película solo adapta el comienzo del manga pero lo que si se adapta se narra a una velocidad extrema.
En Forest of Piano tenemos la presentación de los personajes, la creación de un problema, el entrenamiento para superarlo y el típico «arco de un concurso» que suelen tener los anime. Esto normalmente lleva varios capítulos e incluso puede que varias temporadas, es importante que los personajes sean procesados, que se les de el tiempo de brillar a cada uno y en este caso la historia se siente demasiado apurada para lo que debería ser. Hay cosas como los problemas de Kai para tocar un piano normal, el por qué el piano del bosque no suena o los pasados de los dos protagonistas y de Ajino que son explicados muy por arriba y que se le nota una falta de desarrollo.

Luego de ver esta película entiendo por qué se decidió adaptar la historia a un anime de 24 capítulos, porque simplemente no hay suficiente espacio en 2 horas para contar la historia que se pretende contar. Creo que Forest of piano es una película que se puede disfrutar (a pesar de no ser una obra maestra) y que puede ser una buena opción verla antes de decidir si quieren o no ver el anime.

El mes que viene dejaremos los escenarios para visitar el infierno, porque no tocará visitar a los Hell’s Angels. Si quieren leer el resto de mis artículos sobre el Proyecto Madhouse pueden hacerlo en este link.
Deja una respuesta