Título: Winnie the Pooh.
Dirección: Stephen Anderson y Don Hall.
Duración: 1h y 3 min.
Elenco: Jim Cummings, Jack Boulter, Travis Oates, Bud Luckey, Tom Kenny, Craig Ferguson, Kristen Anderson-Lopez, Wyatt Dean Hall y Huell Howser.
Genero: Musical y aventuras.
Estreno: 15 de julio de 2011.
Sinopsis: «Winnie the Pooh vuelve a reunir al público así como a sus amigos Tigger, Rabbit, Piglet, Kangu, Rito y, por último, Igor, que ha perdido la cola. El Búho encarga a toda la pandilla una extraña misión: salvar a Christopher Robin de un delincuente imaginario; así que el oso, que sólo había salido a buscar un poco de miel, ve cómo se le complica un día que prometía ser apacible.»

Una de las grandes características de la época de Jhon Lassetter al frente de Walt Disney Animation Studios fue el énfasis en las secuelas de las películas que fueron exitosas en el pasado. Como un hombre que venía de Pixar, estudio muy acostumbrado a hacer secuelas, Lassetter enfocaría a Disney a jugar seguro y a hacer secuelas de sus películas más exitosas utilizando el estudio en general. A pesar de esto creo que Winnie the Pooh es la secuela más interesante que realizó el estudio bajo el mando de Lassetter.
Para empezar la mayoría de las secuelas de Disney estuvieron muy cerca del estreno de la película original. Esto hizo que en todos los casos se pudiera contar con los mismos equipos, las mismas voces y una dirección relativamente similar entre la primera y segunda película. Con Winnie Pooh esto no fue posible puesto que la película original fue en 1977, Además dentro de todo este tiempo Disney siguió produciendo cortos, películas para videos y especiales con estos personajes lo que hizo que haya una evolución de los personajes que sorprende si se ve sólo las dos películas.
El enfoque de estas dos películas también es diferente. La primera fue realizada al poco tiempo de la muerte de Walt Disney y no era una película como tal, era una colección de tres cortos unidos por una leve narración donde Pooh y sus amigos saltaban fuera del libro que tenía las tres historias. Esta vez fue el mismo Lassetter quien quiso hacer una película y quien personalmente se encargó de convencer a los dos directores para realizarla.

Al igual que en el caso anterior se decidió adaptar tres historias de A. A. Milne, originalmente se iban a adaptar cinco historias. Pero con tal de priorizar la simplicidad se terminó decidiendo por tres. Lo curioso es que estas tres historias son las tres grandes tramas de la película, pero en vez de hacer tres cortos se logró mezclar la trama en una sola película.
La trama del Winnie the Pooh de 2011 empieza con Pooh levantándose como cualquier otro día y descubriendo que se comió toda la miel. Hambriento nuestro protagonista empieza a viajar por el Bosque de los cien acres en busca de sus amigos y de un poco de miel para empezar el día. Aquí se encuentra con Eeyore, quien perdió su cola, y es en este punto donde se empiezan a mezclar las tramas. Para intentar solucionar el problema de Eeyore Búho decide crear un concurso para quien le encuentre una nueva cola al burro, el premio será un jarro de miel. Luego de juntarse todos y fracasar en esta tarea Pooh descubrirá una carta de Christopher Robin que dice que fue volverá pronto, sin embargo como los habitantes del bosque no saben leer entienden que Chritopher fue secuestrado por «el Ponto», por lo que empezarán una misión para rescatar a su amigo.
Es muy curioso como Disney logró mezclar estas tres historias para crear algo coherente y que dé un montón de motivación a los personajes para avanzar con la historia. Además cada una de estas tramas se empieza a entrelazar y a volver cada vez más ridículas, lo que hace que uno se ría de las curiosas ideas de sus protagonistas.

Un aspecto a resaltar de esta película es la vuelta a la animación tradicional, lo que la convierte en la última película de Disney en este estilo hasta el momento. Pero lo más interesante de todo esto es que los animadores lograron crear un estilo artístico que va a mitad de camino entre las ilustraciones de los libros de A. A. Milne con el estilo de animación (xerografía) que utilizaban en los 70, lo que hace que terminemos viendo una película hermosa gráficamente pero que a la misma vez se siente mucho más retro que las otras películas de la época (o incluso películas de los 90).
Creo que otro aspecto a resaltar de esta corta película es como se volvió a utilizar tomas de acción real antes y al final del filme. En las obras de Milne Pooh y sus amigos estaban inspirados en los peluches de su hijo y tenían ciertos aspectos más similares a un peluche que a animales reales. Esto siempre estuvo presente en las películas de Disney pero en esta película podemos verlo con mayor claridad. Desde las costuras en el cuerpo de los personajes, una escena donde a Pooh se le escapa el relleno y la presencia en las tomas de live action de peluches a mitad de camino entre los peluches reales de 1920 y la ropa y el diseño Disney de los personajes.
Este cariño al material original no solo se limita al diseño de los personajes, sino que muchas veces la película romperá la cuarta pared. Si, Winnie Pooh sale del libro varias veces en la primera película, pero esta vez el libro es una parte íntegra de la narración al punto que los personajes pueden utilizar las letras del libro como objetos para solucionar sus problemas en la historia. Si bien no soy muy fanático de este tipo de cosas en una película, creo que se hizo un gran trabajo para que resulte natural. Desde la apertura con el libro de cuentos hasta la forma en la que los personajes interactúan con el libro a lo largo de la película.

En cuanto a la banda sonora, Winnie Pooh pierde un poco las grandes canciones que se volvieron tan pegadizas en la primera película. Sin embargo creo que muchas de las canciones nuevas logran mantener el mismo espíritu y logran darle mucha más profundidad a una película extremadamente corta (incluso para ser una película de animación).
Con un poquito más de una hora de duración, Winnie the Pooh es una película divertida que se ve en un santiamén y logra mantenerte enganchado con las divertidas situaciones en las que se meten los personajes. Sin embargo con su corta duración termina siendo una película que no termina de meterse entre los grandes del estudio y que uno puede llegar a olvidar al poco tiempo. Al final del día termina siendo una mejor película que la anterior y logra darnos una buena hora de diversión con Pooh y sus amigos.

El mes que viene seguiremos nuestro viaje por la filmografía de Disney y nos tocará conocer el mundo de los videojuegos con Ralph el Demoledor. Además, si quieren seguir leyendo mis posts sobre Disney los invito a seguir el Proyecto Disney en este link.
Deja una respuesta