Reseña: Tunic

Título: Tunic.
Desarrollador: Andrew Shouldice.
Fecha de lanzamiento: 16 de marzo de 2022.
Género: Aventuras y «soulslike».
Plataformas: PC, XBox One, XBox Series X, Nintendo Switch, PlayStation 4 y PlayStation 5. (Jugado en PC)
Duración: 12 hs.
Sinopsis: “Explora un reino plagado de leyendas olvidadas, poderes ancestrales y feroces monstruos en TUNIC, un juego de acción isométrico sobre un pequeño zorro que emprende una gran aventura. Abandonado en una playa misteriosa y armado solo con tu propia curiosidad, deberás enfrentarte a bestias colosales, reunir extraños y poderosos objetos y desvelar secretos perdidos en el tiempo.»

Crecer amando los videojuegos en latinoamérica, y en los 90, fue una experiencia particularmente interesante. Muchos de los juegos que nos llegaban en esa época no venían traducidos a nuestro idioma y muchas veces llegaban sin manual. Nuestra experiencia como jugadores llegaba hasta un punto donde nos trancamos y no podíamos avanzar de ninguna forma, lo que nos obligaba a explorar cada rincón del juego y probar con todos los ítems hasta que encontrábamos una forma de seguir avanzando.

Cuando empezó a crecer internet recuerdo que aprovechaba las visitas al trabajo de mi madre (que allí tenían internet) y visitaba páginas como la del Club Nintendo para ver sus guías. Me acuerdo que agarraba un papel y empezaba a tomar notas sobre cómo podría hacer para avanzar en los juegos, donde podría ir a buscar un pokémon raro o cual era la solución a un puzzle particularmente difícil en Zelda. Hoy en día todas estas cosas se pueden encontrar fácilmente en un video de youtube o en una de las miles de guías que podemos encontrar online, pero en ese momento formamos una relación diferente con los videojuegos y sorprendentemente esto es lo que nos propone Tunic en pleno 2022.

Tunic es un juego de aventuras con vista isométrica inspirado por dos de las sagas más queridas de la historia: The Legend of Zelda y Soulsborne. Pero esta vez el desarrollador, Andrew Shouldice, incluyó un nuevo truco en este juego y es que casi todo el texto que veremos estará escrito en un idioma inventado. Este pequeño detalle hace que no podamos leer la mayoría de los carteles que veremos en esta aventura, por lo que para poder avanzar deberemos explorar y utilizar otras herramientas accesorias.

La principal de estas herramientas será un manual, del que iremos encontrando hojas en muchos lugares del mundo. Lo curioso del manual de Tunic es que buena parte del texto estará escrito en este idioma indescifrable por lo que deberemos guiarnos por sus mapas, sus ilustraciones y unas pocas líneas de texto que sí estarán en un idioma que podemos entender. Todo esto hace que Tunic no sea un juego particularmente pesado en cuanto a su historia, si el mundo tiene un lore que podremos ir entendiendo a medida que avancemos pero explicarlo sería un spoiler. Lo que sí puedo decir es que somos un pequeño zorrito que aparece en una playa y que por alguna razón deberá juntar tres objetos para desbloquear un santuario.

Si el lado de Zelda estará inspirado por su manual (que estéticamente es muy parecido al manual del primer The Legend of Zelda) el lado de Dark Souls se verá en cuanto a sus bosses y a su combate. Tunic es un juego difícil en cuanto a su combate. Tán difícil son sus jefes que hay una opción de terminar el juego sin derrotar al jefe final al completar el manual al 100% (esto desbloquea el verdadero final del juego, y es una gran opción para quienes prefieran el lado de exploración al lado del combate).

A diferencia de sus hermanos Souls, Tunic no tiene muchos jefes. Pero sus jefes si lograrán ponernos a prueba y nos atacarán sin darnos tregua. Además nuestro personaje tendrá un stat de estamina, el que bajará cada vez que rodemos o que bloqueemos un ataque con nuestro escudo. Para recuperarlo debemos dejar de correr y dejar de defender con nuestro escudo (quedando vulnerables a nuestros enemigos) esto hace que en Tunic debamos ser muy inteligentes a la hora de pasar de la defensa al ataque, puesto que si recibimos daño cuando tenemos la estamina baja recibiremos el doble del daño.

Esta dificultad en los jefes puede ser mitigada con el pequeño aspecto RPG que tiene este juego. A lo largo de nuestra aventura podremos encontrar ciertos objetos que podremos ofrecer como ofrendas en varios de los altares que encontraremos en el juego. Estos altares funcionarán como las fogatas de Dark Souls y nos permitirán guardar nuestro punto de respawn y mejorar nuestros tres stats principales (vida, estamina y magia) por lo que parte del beneficio de explorar lo más posible será que nuestros combates serán un poquito más fáciles.

Hablando de dificultad, Tunic es un juego difícil no sólo por sus combates sino también por su exploración. Es increíble la cantidad de veces en las que me encontré que el juego me sorprendía haciendo cosas inesperadas, un buen ejemplo de esto es una escalera o una cuerda que yo no puedo ver porque están del otro lado de un acantilado. Sin embargo, si muevo a mi personaje a un punto cercano la cámara se moverá cambiando la perspectiva y dejándome subir por esa escalera. Estos son detalles que no parecen aparentes pero que podremos tener algunas pistas de esto si miramos el manual con detenimiento. Lo que hace que utilizar atajos para llegar a los jefes sea un verdadero placer una vez sabemos dónde están.

Mirar el manual con detenimiento no sólo nos ayudará a avanzar en el juego en sí, sino también a encontrar muchos de sus secretos. El manual de Tunic no sólo es un objeto hermoso sino que tiene páginas escritas como con lapicera, simulando ser las notas que los gamers más veteranos escribíamos sobre nuestros juegos. Lo curioso es que muchas de estas notas son códigos que deberemos introducir con nuestra cruceta (una cruceta que fuera de esto no hace nada en el juego) para desbloquear algunos coleccionables secretos. Tunic está llena de estas cosas y hace que una vez que descubrimos cómo funcionan encontrar estos secretos sea de lo más satisfactorio.

Gráficamente tenemos dos vertientes. Por un lado tenemos un manual hermoso, como ya dije inspirado en el de el primer The Legend of Zelda. Pero con un estilo artístico único y que realmente le da vida al mundo que estamos explorando y le da mucha más personalidad a sus bosses. Cada vez que desbloquea una nueva página del manual me quedaba un momento mirándola y apreciando su arte, no porque allí tuviera un código secreto o me diera pistas para avanzar en el juego sino porque simplemente era hermoso. Por otro lado el juego en sí tiene un estilo artístico minimalista que hace que parezca un diorama o una maqueta y que personalmente me recuerda un poco al de Link’s Awakening para Switch. Sin embargo este estilo va acompañado por partículas gráficas que resaltan los poderes de los jefes, los efectos del ambiente y que hacen que en su conjunto este sea uno de los juegos más hermosos que jugué este año.

En el lado musical tenemos una gran banda sonora que te inspira a explorar, te transmite soledad en los momentos que debe hacerlo y que suena particularmente épica en las peleas contra los jefes. Creo que en todos y cada uno de los combates de este juego logré aferrarme con fuerza al mando y parte de este mérito lo tiene una banda sonora, una banda sonora que te dice que estás a punto de enfrentarte a un combate épico. Sin embargo una vez termine de jugar me olvido de muchas de sus composiciones, algo que no me pasa con otros juegos de este estilo.

Tunic quiso ser un juego que de poca información al jugador y que lo obligue a buscar los resultados y las soluciones por sí mismo. Creo que por momentos puede llegar a ser demasiado críptico y esto daña un poco la experiencia de juego en general. Sin embargo reconozco que este es un equilibrio muy difícil de conseguir bien y que por gran parte de la aventura Tunic lo logra, algo que debemos resaltar al ser un juego creado por una sola persona.

A lo largo de los últimos 30 años los videojuegos evolucionaron y nuestra forma de relacionarnos con ellos también fue mutando. Tunic hace un excelente trabajo a la hora de crear una experiencia que recuerda mucho a lo que era jugar videojuegos en un mundo sin guías, sin manuales y sin internet. Donde debíamos explorar cada rincón de un mundo que no entendíamos para poder avanzar, pero que sin embargo logran atraparnos y hacernos disfrutar como ninguna otra cosa en el mundo. Esto hace que Tunic sea una experiencia única que se ganará el corazón de quienes crecimos en esta época, pero que a la misma vez tiene todas las mejoras para también enamorar a una nueva generación de jugadores.

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