Título: Paprika.
Dirección: Satoshi Kon.
Duración: 1 hora y 30 min.
Elenco: Megumi Hayashibara, Tōru Emori, Katsunosuke Hori, Tōru Furuya, Akio Ōtsuka, Kōichi Yamadera y Hideyuki Tanaka.
Genero: Ciencia ficción y fantasía.
Estreno: 25 de noviembre de 2006.
Sinopsis: «La psiquiatra Atsuko Chiba ha desarrollado un método de terapia revolucionario denominado «PT», un prototipo de máquina experimental gracias a la cual es posible introducirse en la mente de los pacientes para tratar sus ansiedades. Pero uno de los modelos de PT es robado del laboratorio de la Dra. Atsuko, y comienzan a utilizarlo para invadir las mentes de sus creadores, destruyendo sus personalidades mientras duermen.»

Un nuevo mes y un nuevo post del Proyecto Madhouse, esta vez nos toca hablar por última vez del fallecido Satoshi Kon. Si bien Paprika no es el último proyecto como director de Kon, si es la última película que dirigió antes de fallecer en 2010. Así que sin más dilación nos tocará sumergirnos una última vez en el mundo de los sueños creado por el excelente director.
Cuando hablamos de Satoshi Kon hablamos de uno de los grandes directores de la historia del cine de animación. Lo curioso de esto es que estas películas no acompañaron ese éxito en cuanto a resultados monetarios. Un buen ejemplo de esto es como Perfect Blue fue un fracaso económico que terminó llevando a la bancarrota a una de las empresas que la produjo. Es también este problema el que nos lleva a hablar de Paprika, puesto que Kon tenía pensado adaptar la novela de Yasutaka Tsutsui como su segunda película. Lamentablemente estos problemas económicos lo hicieron echarse atrás y hacer Millenium Actress.
Si bien el director terminó dirigiendo su versión de Paprika (que no es una adaptación fiel puesto que la novela sería demasiado larga para adaptar en una película de hora y media), es notorio como ya había manejado muchos de los temas de esta novela en Millenium Actress. En esta película pudimos ver las memorias de Chiyoko mezclarse con la realidad y a los documentalistas saltar entre la narración y las memorias. Esto hace que desde el vamos Paprika sea una gran película para quien haya disfrutado de estas escenas en la otra película.

La historia de Paprika nos lleva a un laboratorio psiquiátrico en Japón donde un equipo liderado por la psiquiatra Atsuko Chiba creó un aparato experimental conocido como el «DC Mini». Estos artilugios permiten que las personas puedan introducirse en los sueños de los pacientes y así conocer el subconsciente de estas personas y así poder tratar sus problemas psicológicos de una forma mucho más profunda. Para hacer esto Chiba se transforma en su alter ego en el mundo de los sueños: la siempre alegre Paprika.
Lamentablemente lo que debería ser un experimento cerrado se filtra y el «DC Mini» empieza a fallar y a funcionar de formas inesperadas. Para empezar las personas que están dormidas ya no pueden levantarse y quedan atrapadas en el mundo del sueño, pero además el mismo mundo de los sueños empieza a invadir el mundo real. Esta invasión es sutil, puesto que las personas empiezan a dormirse como si se hubieran enfermado. Además mientras más personas están dormidas el mundo de los sueños obtiene más poder y mientras más poder tenga más fácil le resultará atravesar la barrera del sueño para invadir el mundo real.
Estas ideas son complejas de entender y por una buena parte de la película me costó seguir el hilo de lo que estaba pasando. Esta confusión se potencia porque Kon no siempre deja claro cuando estamos en el mundo de los sueños y cuando en el mundo real, por lo que muchas veces podemos estar viendo una escena de lo más normal y pueden empezar a pasar cosas raras y sorprendentes. A medida que sigue la película Kon va dando rienda suelta a su imaginación y empezamos a ver sueños (y pesadillas) cada vez más extraños y peligrosos que hacen que la última media hora sea un clímax impactante.

En lo personal me gusta mucho como Kon logró hacer que los sueños sean un reflejo de la psiquis de los personajes y cómo podemos conocerlos mucho mejor simplemente viendo lo que sueñan y sus inseguridades. Esto es particularmente notorio con el personaje de Toshimi, quien no sólo tiene un gran amor por el cine sino que también tiene algunos secretos de su pasado que lo atormentan por las noches.
Paprika es principalmente un viaje por el mundo de los sueños y aquí creo que es notoria la influencia de autores literarios como Haruki Murakami. Si bien el libro en el que se basa esta obra es más ciencia ficción que realismo mágico, Kon lo hace ver como si estuviéramos en uno de los libros del autor y yo recomiendo tomarlo como este tipo de obras. Esto es un viaje en una montaña rusa de emociones y de imágenes, imágenes que muchas veces parecen extremadamente bizarras (en especial en cuanto a los personajes del carnaval de los sueños) pero que a la misma vez hacen que uno se quede prendado de lo que está viendo en la pantalla simplemente por su espectacularidad visual.
Esta película utiliza un tipo de animación muy similar a de las películas anteriores, sin embargo por su temática Kon demuestra maestría a la hora de pasar de una escena a la otra con interesantes «trucos de cámara». Uno de los poderes de Paprika es entrar en carteles, imágenes o pantallas. Esto permite que el autor juegue con mucha creatividad en transiciones que normalmente no tendrían lógica, además de darle un utilizarlas para realizar guiños a otras películas clásicas como Tarzán.

Dentro de estos guiños a otras películas disfruté mucho de ver en el final de la película los carteles de las otras películas del director. Esto fue un guiño pero luego del fallecimiento de Kon toma una nueva magnitud y se siente como una despedida del director, una despedida donde podemos mirar para atrás a su filmografía y recordar sus grandes obras.
Paprika es una película surrealista y plagada de escenas que nos harán cuestionarnos sobre cuál es la realidad en este mundo de sueños. Creo que es la película más impactante de Kon y si bien no tiene la fuerza narrativa que sus otras obras, si tiene el impacto visual suficiente para que uno se quede mirando y sorprendiendose de todo lo que está pasando en la pantalla. Si aún no la vieron y les gustan las películas de anime deben darle una oportunidad y conocer a Paprika.

El mes que viene volvemos al mundo de Hello Kitty porque tocará hablar de la película de Cinnamoroll, por lo que preparense para tener una historia bastante más tierna de lo que acostumbro hablar en este blog. Si les interesa seguir el Proyecto Madhouse y leer las otras entradas, pueden hacerlo en este link.
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