Título: Metropolis.
Dirección: Rintaro.
Duración: 1h y 53 min.
Elenco: Yuka Imoto, Kei Kobayashi, Kōsei Tomita, Norio Wakamoto, Junpei Takiguchi, Masaru Ikeda, Takaya Hashi, Toshio Furukawa, Shigeru Chiba, Masashi Ebara, Takeshi Aono, Shun Yashiro, Norihiro Inoue, Kōki Okada y Taro Ishida.
Genero: Ciencia ficción.
Estreno: 26 de mayo de 2001.
Sinopsis: “Ambientada en el futuro, Metrópolis es una grandiosa ciudad habitada por humanos y robots, los cohabitantes de una sociedad estrictamente segmentada. En medio del caos creado por facciones de robots, el detective Shunsaku Ban y su sobrino Kenichi buscan al rebelde científico el Dr. Laughton, para arrestarle y quitarle su última creación, Tima, una preciosa joven. Cuando les localizan, Shunsaku pronto se da cuenta que el excéntrico científico está muy lejos de su alcance, ya que le protege un hombre muy poderoso cuyo deseo más feroz es recuperar una trágica figura de su pasado.«

Un nuevo mes y un nuevo post del Proyecto Madhouse. En el post de hoy vamos a hablar de una de las películas más icónicas de la animación japonesa pero de una historia que reinventa una de las películas más clásicas de la historia del cine mundial. Hoy les voy a hablar del Metrópolis de Osamu Tezuka, un manga que tuvo su adaptación animada por parte de Madhouse y el legendario director Rintaro.
Si estuvieron atentos al blog y leyeron mi post de Perfect Blue se habrán dado cuenta de un detalle interesante. Perfect Blue salió en 1997 y Metrópolis en 2001 por lo que hay un salto importante en el tiempo entre las dos películas. ¿Qué pasó en este tiempo? La verdad es que Madhouse aprovechó estos 4 años para crear varias de las mejores series de animación que salieron de Japón. Cardcaptor Sakura, Master Keaton, Pet Shop of Horrors y Hajime no Ippo son ejemplos de lo que hizo el estudio en estos años y si bien hicieron películas muchas de estas películas fueron parte de estas series (como las dos películas de Cardcaptor Sakura) por lo que no tiene sentido reseñarse en esta serie sin reseñar también la serie.
Metrópolis en sí como película es un caso aún más curioso porque es la adaptación del manga del mismo nombre de Osamu Tezuka. Tezuka fue un mangaka extremadamente prolífico y original pero también pasó buena parte de su obra adaptando obras de otras personas a este formato (en especial películas). Esto hizo que Tezuka tuviera su propia versión de Bambi (si el Bambi de Disney) por lo que haya hecho su versión de Metrópolis no es tan raro. Lo raro es que Tezuka nunca vio la película de Fritz Lang sino que vio solo una imagen de la película y se inspiró en base a esto. Esta es la principal razón por la que las dos historias son diferentes a pesar de compartir algunas ideas.

Metrópolis nos lleva a una ciudad gigante del futuro donde los humanos y los robots conviven. En esta sociedad son los robots quienes tienen el escalón más bajo de la sociedad y quienes tienen una vida de pseudo esclavitud frente a los humanos. Esta situación hizo que varios robots se vuelvan «peligrosos para los humanos» y haya surgido un partido político extremista (Marduk) que se encargará de asesinar con total impunidad a los robots rebeldes.
En este ambiente conocemos a nuestros protagonistas. Shunsaku Ban, un detective privado, y su sobrino Kenichi. Estos dos personajes están buscando al Dr. Laughton en una investigación sobre el tráfico de órganos humanos. Lo que ellos no conocen es que el Dr. fue contratado por Duke Red, el líder de Metrópolis, para construir a una robot extremadamente avanzada que parece una copia de la hija del Duque. Al principio de la película no queda claro el por que se crea a este robot pero sí que es muy avanzado y extremadamente poderoso.
Lo que nadie espera es que el Dr. Laughton no tiene pensado separarse de su creación (a quien ve como una hija) por lo que entra en escena Rock, el hijo adoptivo de Duke. Este personaje es miembro de los Marduk y estará toda la película intentando destruir a la robot, Tima.

Estas dos líneas narrativas se cruzan cuando Ban y Kenichi llegan al laboratorio de Laughton al mismo tiempo que Rock y los Marduk lo atacan. Esto hace que Kenichi y Tima terminen juntos en medio del caos y se hacen rápidamente amigos. Mientras tanto Ban logra llegar al Dr. Laughton quien muere en ese momento sólo para dejarle un libro de notas con información importante respecto a Time.
El resto de la película gira en torno a cómo Tima y Kenichi intentan escapar de Rock y sus intentos para asesinarlos y como Ban intenta descubrir las verdaderas intenciones del Duke Red, mientras la situación se pone cada vez más peligrosa para todos los habitantes de Metrópolis.
Si bien la película de Madhouse es muy diferente a la de Lang hay algunas cosas que son comunes. Los problemas sociales, la discminación a los que se consideran diferentes e inferiores, grandes políticos corruptos y egoístas y héroes inesperados. Todas estas cosas son comunes y por buena parte de la película se siente como que Tazuka decidió cambiar a los obreros por robots y hacer una película similar.

Sin embargo esta película de Madhouse es única y su mensaje va más lejos que una simple crítica social a nuestros gobernantes, sino que también profundiza en el peligro de tener tecnologías más peligrosas en manos de gobernantes egoístas. Entiendo que la Alemania de los años 30 y el Japón de fines del siglo XX son dos lugares extremadamente diferentes y las preocupaciones de los cineastas también. A pesar de esto es sumamente interesante como esta Metrópolis comparte muchos temas con la original a pesar de que el creador del manga en el que se basa nunca vió la película de los años 30.
En cuanto a la animación Madhouse pega un salto de calidad entre Perfect Blue y Metrópolis. No es por decir que la animación de la otra película sea mala pero aquí vemos al mejor Rintaro dándole vida a una ciudad del futuro donde todos se mueven de forma única y donde se profundiza mucho en la acción. Uno de los aspectos icónicos del arte de Tezuka es la creación de personajes con piernas más triangulares a lo Astroboy, esto hace que por momentos sea un poco difícil diferenciar entre los humanos y los robots (al principio tuve dudas si Koichi y Rock eran robots) y creo que Rintaro logró hacer una película muy moderna manteniendo el estilo de dibujo icónico que tenía Tezuka en los 50.
Si hablamos de su música esta película tiene una excelente banda sonora con blues y jazz que a pesar de todo logra darle más alma al ambiente futurista. Lamentablemente la selección musical resulta extraña. Durante el clímax de la película suena «I Can’t Stop Loving You» del cantante norteamericano Ray Charles y si bien entiendo que va en la línea del resto de la banda sonora, la canción no pega con lo que vemos en la pantalla en ese momento.

Metrópolis es una buena película cuya historia termina extremadamente ambigua y hace que el viaje se sienta truncado. A pesar de esto el nivel de la animación del equipo liderado por Rintaro, los temas sociales que toca casi sin quererlos y el carisma de los personajes de Tezuka hace que sea una película digna de ser vista por todos los fanáticos de la animación japonesa.

El mes que viene volveré a hablar de Satoshi Kon porque toca reseñar Millenium Actress. Si les gustó este post los invito a leer el resto de mis entradas sobre el Proyecto Madhouse en el siguiente link.
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