Título: Condición artificial.
Autor: Martha Wells.
Genero: Ciencia ficción.
Saga: Los diarios de Matabot #2.
Páginas: 158.
Fecha de publicación: 8 de mayo de 2018.
Sinopsis: “Tiene un pasado oscuro donde murieron muchos humanos. Y por ese pasado decidió llamarse Matabot. Pero, de la masacre que le dio nombre solo conserva un recuerdo confuso, y ahora quiere saber más.
Tras unir fuerzas con un Transporte de Investigación llamado TIP (es mejor no saber qué significa esa P), Matabot se dirige a la instalación minera donde todo se descontroló.»
«…me daba igual lo que los humanos se hicieran entre ellos siempre y cuando yo no tuviera que a) detenerlos o b) limpiar el desastre.»
Hora de seguir hablando de nuestro robot deprimido preferido, Murderbot. Esta vez voy a hablar del segundo libro de esta saga, un libro que mantiene la breve duración del primero pero donde empezamos a conocer un poco más de nuestro protagonista y también del mundo y las reglas con las que se mueven estos robots.
Luego de los hechos del primer libro, Murderbot (o Matabot en la versión en español) encuentra trabajo en una nueva empresa y esta vez su misión consiste en vigilar una nave sin tripulación. Esto es ideal porque al no tener que lidiar con los humanos nuestro protagonista puede dedicarse a hacer las cosas que le gustan: Es decir no hacer nada y pasar horas y horas viendo su serie preferida (Sanctuary Moon).
Lamentablemente él no está solo en esta nave. Al parecer esta nave está equipada con una inteligencia artificial a la que llamaremos TIP. A diferencia de nuestro protagonista TIP es una inteligencia artificial que está ligada a la nave y no tiene un cuerpo físico. Además su programación está diseñada específicamente para cuidar a su tripulación esto hace que desde un principio sus personalidades choquen.
«Así que nos hicieron más listos. La ansiedad y la depresión fueron efectos secundarios.»
Es en este choque entre los dos que TIP revela algo interesante, él sabe que Murderbot hackeó su sistema de autocontrol y por ende es un robot que no es controlado por las directivas de las empresas que lo contratan. Lo interesante de todo esto es que si bien al principio cuestiona este hecho, el robot está más interesado en conocerlo y en hacerse su amigo que en reportarlo con las autoridades competentes. Esto hace que por la primera mitad del libro tengamos un buen momento de amistad, alegría y felicidad entre dos robots completamente opuestos.
Estos primeros capítulos fueron de lo más divertido, en especial cuando Murderbot logra convencer a TIP para que se ponga a ver él también Sanctuary Moon. Estos no solo son los mejores momentos del personaje sino también donde brilla la habilidad de Wells para el humor y donde vemos realmente lo que hace que Murderbot sea un personaje con el que es tán fácil sentirse identificado.
A pesar de esto no todo es series y diversión y eventualmente nuestro protagonista deberá aceptar una nueva misión. Lo interesante es que esta vez tendrá a TIP para que lo ayude y la primera cosa con la que va a necesitar ayuda es evitar que lo descubran. Esto parece algo menor pero al ser un robot que hackeó los sistemas de la empresa, los otros robots podrían identificarlo fácilmente. Para evitar esto será necesario hacer algunas operaciones para que parezca un humano aumentado.
«Y ahora sabía por qué no había querido hacerlo.
Me resultaría más difícil fingir que no era una persona.»
Cuando Murderbot acepta la misión se encuentra que debe proteger a un grupo de humanos que quiere recuperar unos datos que les fueron robados mientras sobre ellos se acerca una guerra por el control de los suministros dentro de una mina, una mina que casualmente es la misma donde Murderbot hackeó su sistema y se convirtió en el robot rebelde que es hoy en día.
Es en esta misión que empieza nuevamente a lidiar con humanos y es muy interesante como hace el proceso de adaptación para aceptarse a sí mismo, entender cómo funcionan los humanos y poco a poco ir progresando como personaje. De la mano además tiene a TIP que funciona como una especie de asesor en la cabeza de nuestro protagonista y una especie de voz de la conciencia. Esto hará que Murderbot pueda realizar hackeos y una forma de conseguir mucha más información con la ayuda de su nuevo amigo.
A pesar de todo este es un libro donde vemos crecer a nuestro personaje y donde lo vemos empezar a profundizar en los problemas que lo afligen. En el libro anterior él había encontrado una especie de familia y en éste volvió a estar solo. ¿Cuáles son los miedos que hacen que huya cada vez que una persona se le acerca de forma amistosa? ¿Quién es él y por qué rechaza todo tipo de interacción humana? ¿Cuál es su verdadero rol en el mundo ahora que ya no es una unidad de seguridad pero que tampoco es un ser humano? Todas estas preguntas que se hace nuestro protagonista hace que sea un libro un poco más introspectivo que el anterior.
«Los humanos pasan por alto un montón de pequeñas pistas, pero si empiezo a disparar por los lanzadescargas de mis brazos, seguro que les resultaría un poquito alarmante.»
Además tendremos por primera vez la aparición de un robot sexual, un robot con características diferentes a las de nuestro protagonista pero que a pesar de esto no debería estar en una misión. Como dice su nombre estos robots cumplen un rol de prostitución y no tiene sentido que un robot de este tipo aparezca en un campamento minero donde está a punto de desatarse una guerra.
Al final del libro tenemos un buen clímax, con un Muderbot que empieza a comprender algunas de las preguntas que se hizo a sí mismo pero también con los peligros que asomaban en las sombras apareciendo. Este es un libro extremadamente corto que se puede leer en una tarde y a pesar de eso tiene una evolución importante.
Murderbot quizás sufra un poco por la poca duración de los libros. Esto hace que los clímax pasen muy rápido y escalen demasiado rápido (algo importante cuando nuestro protagonista puede disparar rayos de plasma de sus brazos). Espero que cuando lleguemos al quinto libro (la primera novela de la saga) podamos disfrutar de una velocidad de narración un poco más calmada, algo que en mi opinión le está faltando a estos libros.
«En serio, los humanos tienen que investigar más. Existen manuales de instrucciones que podrían haberla avisado de que lo mejor era no jodernos.»
Condición artificial es un buen y disfrutable libro de ciencia ficción con uno de los protagonistas más divertidos e icónicos que leí en los últimos años. Si les gustó el primer libro les recomiendo seguir con esta entrega, la evolución de Murderbot es impresionante de un libro al otro y espero que la autora siga por este camino en las próximas entregas.

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