Título: La noche de la usina.
Autor: Eduardo Sacheri.
Genero: Narrativa.
Saga: —
Páginas: 376.
Fecha de publicación: 26 de mayo de 2016.
Sinopsis: “En un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires, muchas cosas están a punto de extinguirse. Durante la crisis económica de 2001 que desembocó en el corralito bancario, un grupo de vecinos se propone reunir el dinero necesario para llevar a cabo un proyecto que podría ser una salida de la decadencia y la pobreza. Pero en medio de la incautación general de los ahorros, sufren una estafa particular que los decide a recuperar lo perdido.”
Hace unos meses, tuve el placer de ir con Agus del blog La Biblioteca de Hermione a ver la película «La odisea de los giles». Esta película es una adaptación de la novela de Eduardo Sacheri publicada en el año 2016, si bien salí del cine encantado con la película llevó un tiempo que me anime a leer el libro. Fue recién ahora con una visita del autor a la ciudad de Punta del Este que decidí ponerme a leer el libro, no quería ir a escuchar la charla del autor habiendo visto sólo una película y sin haber experimentado su obra en el medio original.
Esta historia nos lleva a un pequeño pueblo ficticio llamado O’Connor en la provincia de Buenos Aires. Es en este lugar alejado de las grandes ciudades donde un grupo de amigos decide juntar dinero para comprar una vieja empresa avicola, su objetivo es adaptar los silos de esta empresa para crear una acopiadora de grano. En sus cabezas esto no sólo les dará mayores ingresos, si no que ayudaría a las personas del pueblo que viven del campo porque tendrían un lugar para guardar su producción (además de darle trabajo a 30 personas como mínimo). Lo que estos amigos no saben es que pocos meses después sucederá la crisis del 2001, una crisis bancaria que destrozó la economía argentina.
«Los hijos de puta no saben que son hijos de puta. Mejor dicho: se creen que no. Que son buena gente. O gente común, por lo menos. El hijo de puta tiene siempre cincuenta razones que lo justifican.»
Dejando de lado la aclaración sobre la crisis podemos ver como nuestros protagonistas intentan conseguir ingresos para para poder comprar esta nueva fábrica. En un principio gran parte de la inversión viene por los tres personajes principales, Fermín Perlassi (el dueño de una estación de gasolina en desgracia porque abrió otra más grande en la otra punta del pueblo), Antonio Fontana (un anarquista que dirige una gomería y que rápidamente se volvió uno de mis personajes favoritos) y Francisco Lorgio (un inmigrante italiano que nunca se terminó de adaptar a Argentina y que maneja una importante empresa de camiones). Lamentablemente entre los tres no logran juntar suficiente dinero por lo que se agrega a este grupo Silvia (la esposa de Perlassi), Medina (un padre de familia que vive en un rancho humilde al borde del río), Belaúnde (un viejo vecino del pueblo) y los hermanos Eladio y José López (probablemente los personajes más graciosos de toda la novela).
Este grupo se pone de acuerdo con hacer la inversión pero lamentablemente juntos siguen sin llegar al monto necesario para comprar la empresa, es por esto que Perlassi decide poner todo el dinero ahorrado en un plazo fijo en dólares. Lo que ellos no conocen es que al otro día el gobierno argentino declarará el corralito bancario y todos su ahorros quedarán atrapados en el banco. Esto hace que Perlassi y su esposa vuelvan a viajar hacia el banco para criticar al gerente Alvarado (el hombre que les sugirió hacer el depósito).
«Que el ser humano es un estúpido. Si las cosas no salen como uno espera, se pone mal porque las cosas no salen. Y si las cosas sí salen como uno espera, también se pone mal porque le agarra el miedo de que en cualquier momento se tuerzan y dejen de salir.»
Es en este banco que se enteran que Alvarado no sólo se quedó con sus ahorros, él llamó a Fortunato Manzi (un empresario y casualmente dueño de la estación de servicio que le hace la competencia a Perlassi) para ofrecerle un préstamo gigantesco con el dinero que les sacó a ellos. Frustrado y enojado por dejarse estafar tanto por Alvarado como por Manzi, Perlassi y Silvia empiezan a realizar el camino de vuelta a su hogar cuando chocan de frente con un camión. Si bien Perlassi sólo resulta un poco golpeado Silvia fallece en el lugar. Este choque deja a nuestro protagonista hundido en una profunda depresión de la que nadie parece ser capaz de sacarlo. Incluso Rodrigo, su hijo que estaba estudiando en la ciudad de La Plata, viaja a O’Connor para hacerle compañía y ayudar a su padre en el proceso de duelo.
En este punto de la historia aparecen Fontana y Medina para contarle que parece que Manzi construyó una bóveda gigante en el medio del campo para guardar todo el dinero que les robó. En un principio Perlassi parece estar demasiado deprimido como para sumarse a este plan pero convencido por sus amigos empieza a hacerse la idea de vengarse del hombre que les robó. Es por esto que el grupo empieza a reunir a los inversores de la empresa y a explicarles el plan, además esto se suman Rodrigo (hijo de Perlassi) y Hernán (hijo de Lorgio).
No quiero seguir hablando de la historia pero como se imaginaran este es un libro con muchos personajes unidos para robarle a un hombre que les robó a ellos. Esto hace que se empiecen a generar diferentes situaciones ridículas donde la personalidad de los personajes brilla. Sacheri es un maestro a la hora de construir un elenco repleto de personajes realistas y ponerlos a realizar una hazaña que uno no imaginaría ver en la vida real. Esto es algo muy interesante porque puedo creerme que en algún pueblito del interior argentino exista un Perlassi, un Fontana y un Medina pero no me imaginaría a estas personas intentando robar una bóveda en el medio del campo.
«Nunca, jamás, hay que caer en manos de un boludo. Porque si uno termina en manos de un boludo significa que uno también es un boludo. Un boludo más boludo aún que el boludo en cuyas mano cayó.»
De toda esta maravillosa obra repleta de personajes geniales creo que Sacheri se debe llevar el premio por cómo construyó a Manzi. El núcleo de esta novela gira en torno a la pregunta moral de si «¿es correcto robarle a un delincuente?» algo que claramente es ambiguo porque como lectores podemos posicionarnos del lado de Manzi. El autor logra evitar que hagamos esto al construir un villano que todos queremos ver fracasar. Fortunato Manzi es un hombre que desconfía y destra a todo el mundo, a su empleada, al hombre que contrató para que diseñe la alarma de la bóveda, a su mujer e incluso a sus amigos. Estas cualidades hacen que Manzi sea una persona con la que nadie se pueda sentir identificado y que todos queramos ver fracasar. Creo que como decisión creativa, es brillante porque deja de lado los problemas éticos que se desprenden de esta novela.
Desde un punto de vista del estilo Sacheri hace que la novela se sienta argentina a más no poder. Uno de los trucos que utiliza es que la forma en la que habla el narrador es similar a la de los personajes, esto sirve para que como lectores podamos estar inmersos en la realidad de la novela y vivirla como si un vecino de este grupo de personas nos la esté contando. Esto hace que se sienta real y me recuerda mucho a la forma coloquial con la que suele escribir Mariana Enriquez. Además el autor decide utilizar capítulos cortos que terminan siempre de forma bastante abierta, esto sirve para que querramos seguir leyendo y acompañando la aventura de los protagonistas.
La noche de la usina es una novela sobre como robar a un estafador que se siente real. Los personajes son personas normales y ninguno destaca en nada particular por lo que deberán utilizar su ingenio para realizar una empresa increíble. Este es el primer libro que leo del autor y puedo asegurar que lo voy a seguir leyendo cuando consiga sus otros libros. Su sentido del humor, su forma de narrar y la habilidad magistral con la que logra crear muchos personajes realistas hacen que esta sea una novela excelente para disfrutar.
Opinión: 9/10
Deja una respuesta