Título: El Ventanal.
Autor: Lemony Snicket.
Genero: Juveniles.
Saga: Una serie de eventos desafortunados (#3)
Cantidad de páginas: 224.
Fecha de publicación: 25 de Febrero de 2000.
Sinopsis: “Querido Lector, Si todavía no has leído nada acerca de los huérfanos Baudelaire y acabas de empezar este libro, no sigas; hay algo que debes saber antes de leer ni una sola frase más: Violet, Klaus y Sunny tienen buen corazón y son muy listos, pero sus vidas, y siento tener que decirlo, están marcadas por la mala suerte y la desgracia. Todas las historias que les toca vivir a estos tres niños son miserablemente desdichadas, y la que se narra en el libro que tienes ahora en tus manos quizás sea la peor de todas. Si no tienes estómago para soportar una historia en la que te vas encontrar con un huracán, un artefacto de señales casero, sanguijuelas hambrientas, sopa de pepino fría, un malvado villano y una muñeca llamada Dulce Penny, entonces lo más probable es que este libro te llene de desesperación. Yo continuaré registrando por escrito estas trágicas aventuras, pues a eso es a lo que me dedico. Tú, sin embargo, puedes decidir por ti mismo si eres capaz de soportar la narración de esta desventurada historia. Con todo mi respeto, Lemony Snicket.»
Yo se que hace unos pocos días estuve reseñando el libro anterior en esta saga pero tengo que reconocer que tengo un amor increíble por esta saga. La historia de los hermanos Baudelaire es funesta pero ellos siempre se las arreglan para salir adelante y creo que eso es lo que hace tan genial a estos libros. En la reseña de hoy, los hermanos están en busca de un nuevo hogar y lo terminan encontrando en un lugar tan extraño como El Lago Lacrimógeno.
Antes de empezar con el libro pongamonos a pensar un poco en el nombre del lugar en el que van a vivir los huérfanos. Este lago es un lugar inhóspito, triste y no parece ser el mejor lugar para empezar una nueva vida. De todas formas es aquí donde vive la tía Josephine, una mujer que perdió a su esposo en un accidente y quedó con miedo a todo y cuando digo todo es TODO. La tía no es una mujer mala pero es una mujer tan pero tan miedosa que no puede descolgar el teléfono por miedo a recibir una descarga, no puede cocinar por miedo a quemarse y no puede tomar un taxi por miedo a que el auto explote. Todo esto hace que sea un personaje interesante y que se preste a muchas situaciones absurdas y divertidas. De todas formas se sienten la ausencia del Tío Monty quien para mi fue el mejor y más divertido tutor de los niños hasta el momento.
La vida con la tía Josephine resultó muy aburrida para los tres niños. La mujer es una enferma de la gramática inglesa y se pasa todo el libro enseñándoles a hablar correctamente. Corrigiendo sus faltas de sintaxis y haciéndoles leer aburridos libros de lengua. Todo esto hace que los hermanos se sientan aburridos y miserables pero por lo menos no están en peligro como con el Conde Olaf.
Si leyeron los libros anteriores sabrán que en algún momento tenía que aparecer el Conde y obviamente lo hace a mediados del libro. Aquí se presenta como el Capitán Sham, un marino que perdió una pierna en altamar y que rápidamente se gana el corazón de la tía viuda. Al igual que en el libro anterior no voy a entrar en detalles profundos de la trama para no arruinarla, pero creo que el punto en el que aparece Sham las cosas se vuelven de lo más interesante. Olaf es el motor que mueve esta saga y sus disparatados planes para hacerse con la fortuna de los hermanos son simplemente uno más gracioso que el anterior.
Sobre este libro tengo que reconocer que amé ver a los hermanos un poco más sueltos y liberados. Generalmente sus aventuras estaban limitadas a los los hogares de sus tutores y siempre giraban alrededor de ellos. Aquí empezamos a ver un pueblo, un lago y muchos lugares diferentes que solo ayudan a sumergirnos en el mundo de los Baudelaire.
Creo que esta es una novela donde hay un punto de quiebre. Aquí vemos a un conde Olaf bastante más osado que en situaciones anteriores y vemos a los chicos siendo mucho más aventureros y arriesgados a la hora de escapar. Esta es una de las veces que me sentí mejor leyendo estas historias. A pesar de que fue el libro más lúgubre hasta la fecha creo que fue el mejor y aún quedan 10 libros más.
Si les gustan las aventuras de los hermanos Baudelaire les recomiendo seguir leyendo porque las cosas no hacen más que mejorar.
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